Capitulo 205

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Narra Malú

Subo convencida de que vendrá detrás de mí, entro a la habitación y me quito la ropa. Solo unos segundos después entra y se detiene a mirarme con lascivia.

Creo que nunca antes me había sentido tan deseada. Este hombre me hace sentir que soy la única mujer que existe en el mundo.

Se acerca para lanzarse a mi boca, pero me aparto entre carcajadas.

- Sin besos.

Muerdo el lóbulo de su oreja y me sobresalto cuando sin previo aviso siento sus dedos bailar en mi interior. No me esperaba que fuese tan rápido.

De pie, apoyada en la pared, abro mis piernas y las flexiono buscando mayor contacto, ¡cómo me hace disfrutar! Necesito gritar por el placer que siento, Joder Gaby, ¿qué estás haciendo conmigo?

Busco su cuello para acallar mis gemidos en él.

+ No grites, las chicas duermen.

Sonríe triunfal al apartarse.

+ Puedo prestarte mis labios para silenciar tu placer.

- Cabrón.

Mustio totalmente alterada.

Sin dejar de mover sus dedos en mi interior, baja su cabeza buscando mis pechos. Los besa con desesperación y se lleva uno de mis pezones entre sus labios. Necesito que siga.

Un gemido que lleva su nombre sale de mi boca, haciéndome perder la cordura y obligándome a apoyar mi cabeza en la pared.

+ ¿Estas satisfecha, reina?

Me pregunta riendo, puede leer en el gesto de mi cara que me faltan sus besos. Aún no puedo responder, necesito reponerme.

Le miro y noto el bulto en sus vaqueros. Decido atacarle. No me quedaré atrás en devolverle todo el disfrute que él me ha dado, ni tampoco en torturarle manteniéndolo alejado de mi boca.

+ Te amo.

Promete cuando mis manos le tienen loco.

+ Voy a correrme.

Advierte con voz ronca, justo antes de girarme para introducirse en mi. Son sólo algunas embestidas las que necesitamos para alcanzar el climax, juntos.

+ ¿Cuánto tiempo pretendes castigarme?

Pregunta mimoso una vez nuestras respiraciones han recuperado el ritmo.

+ Necesito besarte.

- Hasta que me lo cuentes.

Sonrío orgullosa. Creo que no aguantará hasta que estemos allí, y espero que no lo haga, yo también necesito desesperadamente sus labios sobre los míos.

- La próxima vez que le fastidies piensa en algo que no te castigue a ti.

Me recrimino en mudo a mi misma.

- Serás tonta, Malú.

Sigo con mi charla interior.

+ Anda, un besito solo.

Me saca de mis pensamientos, con voz de niño.

- Dios, dame fuerza para contenerme.

Rezo en silencio.

- Me lo cuentas y mi boca volverá a ser tuya.

Prometo desconfiada. No sé quién sufrirá más con mi reto.

+ No vas a aguantar.

Me pica convencido, abrazándome a su cuerpo.

+ Pero te daré la oportunidad de que lo intentes.

Puedo sentir como sonríe, aunque no pueda verle.

+ Buenas noches, pequeña.

- Buenas noches guapo, que sueñes con mis besos.

Solo el amor nos salvará (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora