Capitulo 331

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Después del pequeño disgusto, he cenado algo ligero y me he duchado. Ella ya me espera en la cama para ver juntos una peli. Me toca llenarla de cariño para que pase estos días difíciles. Cuando le baja la regla se pone súper sensible, y ahora que además queremos quedarnos embarazados, creo que será peor aún.

Narra Malú.

- Me ha encantado.

Aseguro cuando acaba, girándome levemente para verle y dejar un pico en sus labios. No ha dejado de acariciarme en todo el rato, es un cielo. Verdaderamente me reconforta estar entre sus brazos.

~ Mami.

Cami entra llorando a nuestra habitación.

- ¿Qué pasa, angelito?

La acobijo.

~ Quiero dormir con vosotros.

- No puedes dormir todas las noches con nosotros, reina.

Le explico sin soltarla. Debemos cambiar el hábito que está cogiendo, no dejar de acogerla.

~ No me gusta dormir.

- Es que todos necesitamos dormir.

~ Contigo.

Ruega echándose a llorar otra vez.

+ Cami, ven aquí.

La invita a refugiarse entre sus brazos.

~ No, quiero con mami.

Gaby y yo cruzamos una mirada de preocupación. Esto está llegando demasiado lejos.

- Vamos a tu habitación.

Propongo.

- Voy a quedarme contigo hasta que te duermas y luego vuelvo aquí a dormir con papi, ¿vale?

~ No, con vosotros.

+ Princesa, cada uno tiene su cama, y debemos dormir en ella.

~ No, mami duerme contigo y yo también quiero.

Esta súper encaprichada.

- Ya, es que nosotros tenemos la misma cama, pero tú tienes la tuya, y no es esta.

~ Quiero dormir con vosotros.

- No.

Respondo tajante.

+ ¿Me das un beso antes de ir a la tuya?

La nena se acerca a su padre que la recibe cariñoso. Luego coge mi mano y vamos a su habitación.

- Anda, túmbate que mañana vas a estar súper cansada.

Me hace caso y la arropo llena de amor. Luego beso su frente.

- Buenas noches, princesa.

Me acomodo a su lado, sentada. Si llego a tumbarme con ella voy a caer rendida. Eso es justamente lo que quiero evitar, debe volver a dormir sola y del tirón.

Cuando creo que ya está dormida, me dispongo a salir silenciosamente de su habitación, pero su vocecita se me adelanta.

~ No te vayas.

Suplica al borde del llanto. Esta vez si decido tumbarme. No para dormir, sino para hablar.

- ¿Qué pasa, por qué no quieres dormir solita?

~ Porque quiero estar contigo.

- A mi también me encanta estar contigo, pero tenemos que dormir, reina, y tú antes lo hacías solita sin problemas.

Le recuerdo.

- ¿Tienes yuyu?

Asiente tímidamente.

- ¿A qué?

~ A que te vayas otra vez.

La miro interrogante. Yo no me he ido a ningún sitio.

Solo el amor nos salvará (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora