Solo el amor nos salvará (Segunda parte)

Capitulo 119

Narra Gaby

Los días se pasan volando y ya nos encontramos alrededor de la mesa junto a toda mi familia celebrando la nochebuena. Mañana comeremos con los de Malú.

Que bonitas son estas reuniones. Las niñas juegan con sus primos y los adultos disfrutamos de la deliciosa cena que ha preparado mamá. Sonrío al escuchar a mi chica reír a carcajadas mientras conversa con mi cuñada. Lleva unas pocas copas encima y esta demasiado desacostumbrada a beber alcohol, por lo que todo le hace gracia.

D: Ten.

Mi hermana me tiende una servilleta, la miro confundido.

D: La baba Gaby, que te limpies.

Me pica.

+ Graciocilla.

D: Te veo bien.

+ Estoy bien.

Sonrío.

D: Acabara siendo verdad que todo lo puede el amor.

+ ¿Por qué lo dices?

D: La nochebuena del año pasado te veías más triste que en un velorio, nos tenias a todos preocupados.

+ Ya, lo sé.

Recuerdo la conversación que tuve con mi madre, me decía que iba a salir adelante, poco le creí. Solo algo más de un mes después empezó nuestra historia, en aquella habitación de hospital, esta historia que me hace tan feliz.

~ Mami, estoy cansada.

Se queja la mayor de mis pequeñas con Malú, algunos de los niños ya han caído rendidos y otros tienen energía para seguir por un largo rato.

D: ¿Mami?

Me pregunta Dana sorprendida. Luis y mis padres ya la habían escuchado y les ha parecido de lo más normal, seguramente ser testigos del trato que tiene con mis hijas ha hecho que se lo esperasen, pero Dana vive lejos, creo que estar en Londres no solo hace que sea más difícil el contacto, sino que también se pierde la cotidianidad de nuestras vidas.

+ Normal, ¿no?, Hace con mis hijas lo mismo que hace cualquier mamá con los suyos.

D: Siempre la he visto muy cariñosa con ellas, pero no creí que...

+ Nunca pensé que podía encontrar a una mujer así.

La miro embobado como aúpa a mi rubia preciosa.

+ Lo tiene todo Dana, es perfecta, conmigo y con ellas.

Le cuento orgulloso. Dana y yo hace años somos confidentes.

D: De verdad te digo, creo que nunca te había visto tan bien... habrá que agradecerle.

+ No me gusta que vivas tan lejos.

Reconozco.

+ Te pierdes del día a día.

Me quejo.

+ Eres la única que se ha sorprendido, sólo porque no les ves convivir.

D: Estamos bien allí, Gaby.

+ ¿Nunca pensáis en volver?

D: Casi nunca.

Que desilusión. Al menos tengo la tranquilidad de que mi hermana es feliz en el sitio en que está.

D: Anda, cuéntame más de vosotros.

Río avergonzado, si me pongo a hablar de ella pareceré un crío pillado por su primer amor.

+ La nochevieja la pasaremos en Nueva York.

D: Vas a cumplir tu promesa, ¿eh, chaval?

Asiento sonriente.

+ Ella no lo sabe.

Le digo en un susurro.

D: Le encantará.

+ ¿No te parece pronto?

D: No me jodas Gaby, todo con ella lo has hecho pronto, tus hijas la llaman mamá, compraste una casa para iros a vivir juntos cuando apenas llevabais 8 meses, ¿y un viaje te parece pronto?

+ Anda que viéndolo así...

Nos echamos a reír y la abrazo dejando un beso protector sobre su cabeza, adoro a mi hermana.