Capitulo 241

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Sin tapujos, nada más sentarnos en el coche me tiende un folio doblado. Lo abro y flipo al leer su contenido. Estoy lleno de dudas, pero empiezo a entender los comportamientos de todos.

- Están investigando.

Me cuenta nerviosa.

- Sony se está ocupando.

+ ¿Tienen alguna pista?

- Nada.

+ ¿Cómo van a manejarlo?

- Gastando millones de euros en aumentar la seguridad de los recintos.

Suspira agobiada.

+ Y yo no puedo ir a ningún sitio sin Manu.

Por suerte, además de trabajar para ella son buenos amigos.

- Me han preguntado si queremos seguridad en casa, a las chicas y eso.

Joder, la prensa encima nuestra es algo que ha costado, pero he aprendido a aguantar. Sabía que una relación con ella implicaba tener que aceptar ser fotografiados en momentos inoportunos y que nuestra privacidad se vería violada en más de alguna ocasión, que seríamos tema en programas de cotilleos y portada de revistas cuando solo queremos tranquilidad, pero no sé si me veo capaz de vivir con un guardaespaldas cuidando cada uno de nuestros pasos. Lo veo demasiado agobiante.

+ No, Malú.

- ¿Y si vosotros también corréis peligro?

+ No vamos a correr peligro, y no voy a tener a las chicas con alguien detrás de ellas todo el rato.

- Gaby, tengo miedo que os hagan daño... la foto de Nueva York... ¿y si se trata de la misma persona?

+ ¿Y si no? ¿y si es un simple imbécil que no tiene nada mejor que hacer con su puta vida?

- Todos queremos que sea así, pero aún no lo sabemos.

+ Malú, no vamos a tener guardaespaldas para nosotros, la estrella eres tú y tú puedes ir con Manu a donde quieras, las chicas y yo vamos a seguir como siempre.

- Eres gilipollas.

Una lágrima rueda por su mejilla.

El resto del camino lo hacemos en silencio. Aerosmith suena bajito en la radio, y puedo escuchar sus suaves sollozos mezclarse con la letra de "I don't want to miss a thing". Va apoyada en la ventanilla y cuando el semáforo me da la luz roja miro su torso subir y bajar producto del llanto.

Estiro mi mano apoyándola en su muslo para poder entrelazarla con la suya, pero la mira con desprecio y mantiene su posición.

Aparco en el garaje de casa. Manu hace una señal de luces para despedirse y luego sigue su camino. Malú baja rápida del coche para poder entrar, pero soy más veloz que ella y me cruzo por delante para poder abrazarla. No se resiste, simplemente llora.

+ Lo siento, no quería ofenderte.

Me excuso dando las explicaciones pertinentes.

+ Me he agobiado y no supe expresarme.

Hago dibujos sin sentido por su espalda.

+ Sí creo que está muy bien que vayas con Manu hasta que todo esto se solucione.

Me aparto para poder atrapar su cara entre mis manos, quiero que podamos vernos a los ojos y enseñarnos lo que sentimos.

+ Yo más que nadie quiero protegerte de todo.

Prometo.

+ Y si eso significa que Manu no se separe de ti, me parece lo mejor, es solo que...

Resoplo.

+ No creo que sea algo necesario para las chicas ni para mí, y hacerlo también implicaría un costo.

No me refiero al monetario, por suerte podemos permitirnos aquellas cosas, pero no me parece sano que mis hijas tengan que ser escoltadas, implicaría demasiadas impresiones en sus entornos.

+ Vamos a cuidarlas nosotros, ¿vale?

Asiente sin rechistar.

+ ¿Entramos? Aquí nos vamos a quedar helados.

Limpia sus ojos empapados con el borde de su mano.

- Ve tu, me apetece un cigarro, ademas no quiero que las chicas me vean así.

Tiene los ojos hinchados y las mejillas coloradas.

Miro mi reloj.

+ Las chicas ya estarán durmiendo.

Se encoge de hombros con gesto triste. Esta semana solo ha vuelto a casa temprano el martes, ningún otro día ha podido verlas más que unos pocos minutos por las mañanas.

Solo el amor nos salvará (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora