Capitulo 346

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El tiempo pasa a una velocidad vertiginosa. Abril ha quedado atrás y mayo está a punto de hacerlo. Malú me tiene algo preocupado. Volvió a bajarle la regla y su ánimo está por los suelos. Por suerte ha tenido mucho trabajo en el que mantenerse ocupada, pero aunque finja estar bien, no deja de comerse la cabeza ni pensar en embarazarse. Hemos tenido incontables peleas absurdas en los últimos días y no sé cómo ayudarla a salir del bucle en el que se ha metido.

+ ¿Quieres cenar?

Pregunto cuando baja a dejar su ropa sucia. Viene de la ducha, con el pelo aún mojado y una de mis camisetas que ya es suya dejando ver casi al completo sus piernas.

- No, me he comido el pescado que dejaron las nenas.

+ ¿Me acompañas?

Intento ser conciliador. No me gusta cuando discutimos, y menos dejar que una tontería se convierta en algo mayor.

Me mira desganada.

- Estoy agotada, te espero en la cama.

+ Vale.

Respondo cabreado. Así esta todo el rato.

Meto mi cena un par de minutos al microondas y me siento en un taburete junto a la isla de la cocina solo, aprovechando el tiempo para responder algunos mensajes que tenía pendiente.

- Mi madre me ha dicho que mañana se lleva a las niñas a su casa, que hace días no las ve.

Anuncia cuando subo a nuestra habitación.

+ Vale.

- Voy a aprovechar para quedarme hasta más tarde en el estudio.

+ Vale.

- Vale.

Me imita irónica.

- ¿Qué ya no sabes decir nada más?

La fulmino con la mirada. Vaya morro tiene. Si la que apenas me habla es ella.

+ Me voy a duchar.

Prefiero eso que otra pelea.

- ¡Te estoy hablando coño!

Grita enajenada.

+ ¿Ahora te apetece hablar?

Le recrimino.

+ Llevo días intentando hacerlo, ¿sabes?, pero estás tan ocupada con tu obsesión que ni me haces caso.

- ¿Mi obsesión?

Me mira con unos ojos que echan fuego.

+ ¿Que acaso vas a negar que te estas rayando?

Inevitablemente subo mi tono de voz, igualando el de ella.

+ ¡Que te ha bajado la regla, joder, no te han quitado el útero!

Por más que quiera embarazarse, debe mantener la calma, está exagerando demasiado con sus reacciones y llevamos sólo dos meses intentándolo, aunque le duela, es súper normal, no una muestra de que no va a poder tener hijos, como ella teme.

+ Y es una lástima, porque podrías refugiarte en mi, en vez de alejarme con tu mala hostia.

Le recuerdo.

+ Por cierto, yo también quiero a ese bebé.

Zanjo entrando en el baño. Ahora mismo no me

apetece seguir escuchando sus borderías.

- Vete a tomar por culo.

Escucho su grito desde la habitación, seguido de un llanto desconsolado.

Solo el amor nos salvará (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora