Capitulo 203

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- ¿Por qué tardan tanto?

Me quejo apoyada en el hombro de Alejandro. Llegó hace dos horas o así, pero José y yo llevamos más de cinco en estas incómodas sillas esperando.

- Gaby me dijo que saldría al acabar para decirme como ha ido.

Eso suele hacerlo el cirujano, pero mi chico no nos hará esperar.

J: Ya Lula, no habrán acabado.

• Siempre tan quejica, mi niña.

- No soy quejica.

Alego de morros haciéndoles reír.

• Que va, eres la misma niña chica que protestaba que se aburría por las tardes en Algeciras.

- Jo, que nostalgia me agarra cada vez que pienso en la playa de el Rinconcillo.

J: Lo pasábamos bien.

Recuerda mi hermano también nostálgico.

• Tu eras el único problema, que eras una pesada.

Como le gusta picarme.

- Vosotros no me teníais paciencia.

Me quito las culpas.

• Y aquellas noches de guitarra con tu tío Paco.

En su voz se siente la añoranza.

- Ya.

Me acuerdo de cada momento como si fuera ayer.

- No me gusta que vivas tan lejos.

Reconozco en un susurro. Alejandro es de esas personas que se echa en falta en el día a día. Me gustaría que pudiéramos compartir más cosas.

• Sabes que me tienes para lo que sea, Lula.

Me encojo de hombros, lo sé, pero no es lo mismo.

J: Tendríamos que volver allí algún día, los tres.

Propone mi hermano.

- No hace tanto que estuvimos.

El vídeo de llueve alegría lo grabamos allí y José no ha querido perderse el estar con nosotros en aquel sitio que alberga tantos recuerdos compartidos.

J: Pero con todos. ¿No te haría ilusión que la gorda juegue con Cami y Lucia en la casa? ¿Y que corran juntas en la playa? Alma también se lo pasaría pipa.

Mi sobrina y las más pequeñitas juegan como verdaderas primas.

- Mucha.

Aseguro. Nos imagino allí y no puedo evitar sonreír.

- ¡Que mono me has metido!

• Ahí está Gaby.

Interrumpe el plan que estamos armando para indicar que viene mi chico.

+ Ha salido perfecto.

Asegura y luego me abraza. Como necesitaba su cobijo.

+ Luego va a salir el cirujano, yo tengo que volver a entrar.

Explica sin soltarme.

+ Sigue aturdido por la anestesia, pero ha salido tal como esperaban.

J: ¡Que alivio joder! Gracias Gaby.

- No quiero que te vayas.

Digo con voz mimosa.

+ Tengo que volver, bonita.

Me pongo en puntillas para besarle, no me importa que José y Ale me vean y no hay mucha más gente, Gaby nos ha traído a un sitio bastante privado para que sea más amena la espera.

+ Anda, que ya puedes estar tranquila, ¿vale, cariño?

Asiento robándole otro beso.

+ Te veo ahora.

Se despide retrocediendo en sus pasos, y tal como ha dicho, a los pocos minutos aparece el cirujano para darnos más detalles de lo que será su recuperación, costará lo suyo, pero por suerte ya no hay nada que temer.

Solo el amor nos salvará (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora