Capitulo 282

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Narra Malú

Me sobresalto cuando Alba entra sin previo aviso a nuestra habitación. Pálida y temblorosa.

A: ¿Y papá?

- Debe estar de camino.

La miro expectante, pero le cuesta reaccionar.

- ¿Qué pasa? ¿puedo ayudarte yo?

A: Mamá...

- ¿Qué?

A: Mi mamá...

Me tiende su móvil.

A: Me ha buscado en las redes.

- ¿Qué?

A: Necesito saber si es ella, pero su nombre si es este.

- Patricia Escudero.

Leo en voz alta el nombre de la persona que ha pedido la solicitud para seguirla.

A: Su perfil también es privado, no puedo ver fotos.

Tampoco le serviría para reconocerla. Gaby no tiene nada de ella porque lo único que tuvieron fueron noches de sexo, luego le entregó a su hija y desapareció hasta ahora, la pobre chica no tiene idea de cómo se ve su madre biológica.

- Acéptala... y síguela también.

No me parece justo que a los 17 años no sepa nada de aquella mujer.

Insegura me hace caso. No tarda ser aceptada, pero desafortunadamente sólo hay unas pocas fotos, de paisajes bonitos y animales, ella no se deja ver en ninguna.

A: Quiere escribirme.

Veo como el "escribiendo" aparece bajo su nombre por algunos minutos. Borra y vuelve a intentarlo, hasta que por fin llega el esperado mensaje.

A: "Alba":

Lee en voz alta.

A: "Que bonito nombre eligió tu padre para ti. Y que tonta fui al dejarte. 17 años después me parece tarde para pedirte las disculpas que tanto mereces..."

Hace un gesto de aprobación, pero sé que en el fondo quiere perdonarla. Es su madre, y no tengo dudas de que la esperanza que perdió después de años deseando que aparezca sigue ardiendo en un acallado grito en lo más profundo de su alma.

A: "Estoy en Madrid, hija..."

Resopla.

A: No soy su hija.

Farfulla llena de rabia, para seguir leyendo.

A: "Vuelvo a America esta noche, no dudo en que Gaby te ha contado que vivo allí... sin derechos ni pretensiones, me gustaría conocerte..."

El shock es aún mayor que antes.

A: "Si decides darme la oportunidad, voy a esperarte en el parque Colon, no te queda muy lejos".

Me mira contrariada.

A: ¿Qué se supone que hago yo ahora?

Pregunta al borde del llanto. Creo que no se ha desbordado aún porque no termina de procesar todo lo que le esta pasando.

- No sé... ¿Quieres ir?

A: La esperé por tanto tiempo.

Empieza a derramar las primeras lágrimas.

A: Busqué su nombre en las redes tantas veces... esperando una imagen, una explicación, y tal vez encontrar su deseo de empezar a quererme.

Sorbe la nariz.

A: ¿Justo ahora que estoy bien tiene que aparecer? ¿Ahora que dejé de esperarla? por fin tengo una familia y ¿ahora quiere verme? ¡Se tardó 17 años!

Grita indignada.

- Ven aquí.

La abrazo para que pueda llorar y descargar sus sentimientos.

- Creo que si pierdes la oportunidad de conocerla no vas a perdonártelo a ti misma.

Le digo sujetando su rostro entre mis manos.

- No te quedes con esto dentro.

Asiente llorosa.

- Pero no puedes ir sola.

Remarco.

- Déjame llamar a papá, que vaya contigo.

Propongo marcando su número en mi móvil, pero al ser rechazada decido que no podemos perder tiempo, si viaja esta noche no esperará demasiado.

- Vamos, yo voy a acompañarte.

Solo el amor nos salvará (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora