J: Hala canija.
Me encuentro con mi equipo en la prueba de sonido.
- ¿Qué tal chicos?
Y: Con ganazas de que llegue ya la noche.
- ¿A que si?
Ya: ¿No te has traído a los bichos?
- Que va. Hoy probamos sonido con calma.
Río al igual que mis compañeros.
La prueba sale bien y al acabar me voy a mi camerino, tengo un ratito para descansar antes de empezar a prepararme.
J: ¿Se puede?
Pregunta entornando la puerta.
- Pasa, anda.
J: ¿Cómo estas?
- Bien.
Sonrío agradeciendo su preocupación.
- ¿Y tú?
J: Bien.
Me mira con el ceño fruncido.
J: No se nota que lo estes.
- No me apetece hablar ahora, José.
J: Vale, sabes que me tienes.
Me recuerda, respetando mi silencio.
- Sí, gracias.
J: Oye, estaba pensando...
- ¿Te sientes bien?
Le pico, poniendo mi mano sobre su frente, como si estuviese comprobando que no tiene fiebre.
J: Graciocilla.
Me aparta.
- ¿En que estabas pensando?
J: El concierto de Sevilla.
- ¿Qué pasa?
Es dentro de un par de semanas y creo conocer demasiado a mi hermano como para sospechar cuáles son sus intenciones sin que me lo diga aún.
J: Podríamos...
- No, José.
Me adelanto. Su tono de voz me confirma que tengo razón.
J: Pocos días... a papá le haría muchísima ilusión.
- No.
J: Pero si estáis bien. ¿por que tantas pegas?
- Estoy bien con él, no para quedarme en la misma casa que su nueva familia.
J: Ya no es nueva, Lula...
Suspiro.
J: Y va siendo hora que lo asumas.
- Si lo asumo y también lo acepto, pero no me siento cómoda quedándome allí y no me apetece hacerlo.
J: Por tú cabezonería estas privando a papá de pasar unos días contigo y a las chicas, de tener un abuelo.
- ¿Has venido a hacer daño?
J: No.
Me mira con gesto apático.
J: Pero que la verdad te duela, igual es señal de que tienes cosas que pensar.
Su voz suena a reproche.
J: Replantéatelo.
Propone, aunque más parece una orden.
J: Adri, la niña y yo vamos a partir el jueves, y nos quedamos hasta el martes.
Anuncia dejándome sola y con unas ganas tontas de llorar. Ando sensible de más y todavía me cuesta perdonarle algunas cosas a papá. Que se fuera con su actual mujer es una de ellas.
- Las chicas tienen un abuelo.
Grito sin que me escuche, ya no está aquí. Soy yo la que necesita oírlo, justificándome para que las palabras de mi hermano duelan menos.
- Sergio es un abuelo estupendo.
Esta vez, mis palabras son solamente un murmuro.
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Solo el amor nos salvará (Segunda parte)
FanfictionNovela inventada. La historia de amor de Malú y Gaby, una pareja que enamora. Por la cantidad de capítulos he tenido que continuar la novela como una nueva historia. Espero que os siga gustando.