Capitulo 307

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Narra Gaby

Sus palabras se clavan en mi alma como puñaladas. Quiero despertar y darme cuenta que todo fue una pesadilla, aunque no lo es, el dolor en el pecho me lo confirma.

La amo tanto que no sé cómo podría dejarla y condenarme a vivir atado al sufrimiento... pero es que su desconfianza también me hace sufrir. ¿Qué clase de monstruo se piensa que soy? ¿Cómo puede llegar a pensar que la separaría de las chicas? Si es su madre joder, ¿acaso a alguien se le ocurriría hacer semejante crueldad? ¿Cómo puedo tener tantas dudas del que hacer con una persona por la que daría la vida?

Intento dejar de atormentarme con tantas preguntas, a las que de momento no les encontraré respuestas.

Me pongo al fuego y no me quemo, que ahora llora agitada en nuestra habitación, en mi cabeza puedo ver su imagen en nuestra cama, hecha una bola, sollozando por mi culpa. Mis piernas solo desean correr escaleras arriba para consolarla, pero si hay algo que siempre ha dominado en mi, es la razón, y esta me obliga a dejar que se desahogue sola,  forjando el rumbo hacia el dormitorio en el que llevo habitando ya varias noches.

A: ¿Puedo pasar?

Pregunta mi primogénita, asomando la cabeza.

+ Claro. Ven aquí.

La invito a sentarse en la cama con unos pequeños golpecitos en esta. Estaba por dormirme, o al menos, intentarlo.

A: ¿Lo habéis dejado?

Pregunta sin tapujos.

+ No.

En realidad eso creo. Después de pedirle que seamos amigos ya no sé ni yo mismo si seguimos juntos o no.

A: ¿Por qué ya no duermes en vuestra habitación? ¿Vais a dejarlo?

Sigue cuestionándome, contrariada, y los ojos llenos de agua. ¿Qué le digo? Si ni yo mismo lo sé.

+ Alba, esto es algo entre mamá y yo.

A: No papá, esto también nos afecta a nosotras.

Con el costado de su mano arrastra algunas lágrimas.

A: ¿Vas a irte de casa? ¿O va a irse ella? ¿La vamos a seguir viendo?

Con su última pregunta se desborda completamente.

+ Por favor, no nos alejes de mamá.

Suplica.

+ ¿La podemos seguir llamando así?

La mayor de las tres también alberga ese temor. ¿Tan capullo les parezco? ¿así de mal hago las cosas?

La abrazo acariciando su espalda, lleva razón, también afecta a nuestras hijas, por más que quisiera evitarlo, y hasta que no tomemos una decisión clara, a las pequeñas podemos engañarlas, pero a ella no, Alba entiende todo.

+ Cielo, pase lo que pase entre Malú y yo, vosotras no estáis en el medio...  vais a seguir viéndonos a ambos, vais a seguir llamándola mamá, porque eso es lo que es y ambos os vamos a seguir queriendo como siempre.

Prometo.

A: No quiero que lo dejéis.

Llora amargamente.

A: Me gusta que seamos una familia.

Asegura rota.

Solo el amor nos salvará (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora