Capitulo 373

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- ¡Imbécil!

Con fuerza golpeo su hombro. El no para de reír a carcajadas.

+ Te he dicho esta tarde que no todos los planes de adultos acaban en la cama, el nuestro acaba en la piscina.

Afirma animado.

+ Y no podía permitir que una chica tan bonita como tú se quedara con el calentón.

Quiero enfadarme, pero es tan idiota que me hace gracia.

- Te voy a matar.

+ "La cantante Malú acecina a su novio por querer refrescarla en la piscina"

Simboliza las comillas con sus dedos.

+ Menuda noticia, cariño. Te quedas en periódicos y televisión para siempre.

- Tu eres tonto.

Sentencio.

- Si no te quisiera tanto, te mataría de verdad.

+ Soy un hombre afortunado, la reina del pop de nuestro país me quiere y por eso me perdona la vida.

Dice gracioso ganándose un puñetazo.

Llevamos un rato picándonos y empiezo a sentir frío. Lo que él no sabe es que la afortunada soy yo, por tener a mi lado a un hombre tan atento que se fija en cada detalle.

+ ¿Quieres salir?

Me pregunta abrazándome desde atrás. Apoya su mentón en mi hombro y deja un beso dulce en mi mejilla. Se me eriza la piel, y no sabría descifrar si es por la temperatura o por su contacto que me estremece.

- Lo que quiero es estar así contigo.

+ Me parece un buen momento para empezar a llenarte de mimos.

Coge una de las toallas que se ocupó de dejar cerca sin que yo me diera cuenta y la estira entre sus brazos, invitándome a salir. Me seca el cuerpo como si fuese una niña pequeña y yo me dejo hacer disfrutando de la ternura con la que me trata.

+ Siempre me ha gustado mirar el cielo.

Me cuenta. Estamos tumbados observando los astros que no brillan demasiado en la ciudad. Sus manos recorren mi espalda en un camino sin rumbo y al estar apoyada en su pecho puedo oír el latir de su corazón.

+ Cuando era un enano me pasaba las noches de verano en la playa con Dana y Luis buscando constelaciones... Orión era mi favorita.

- Yo también lo hacía con José... A él le gustaba la osa mayor, pero yo nunca pude verla. Mentía diciendo que era mi preferida, solo por copiarme de él.

+ Que pesada.

- ¡Buah! No sé cómo mi hermano me aguantaba de niña. Lleva razón cuando dice que era un mico insoportable.

Ambos reímos.

- Cuando se murió mi abuelo empecé a buscarle en la estrella que más brillaba. No se me daban las constelaciones y mamá me dijo que siempre me cuidaría desde allí arriba. Yo cogí la manía de atribuirle la más bonita a él.

Recuerdo nostálgica.

- Luego lo hice con mi abuela, pero acabó por darme pena y decidí que sería mejor llevarles en mi corazón. Las estrellas sólo pueden verse bien en contadas ocasiones.

En silencio deja un beso compasivo en mi cabeza.

- ¿Crees que nuestro bebé esté en alguna estrella? ¿O será que con solo algunas semanas de gestación no le alcanzó para brillar?

Suspira.

+ Malú...

Solo el amor nos salvará (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora