Capitulo 269

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Narra Malú

Bajo las escaleras rumbo a la cocina. El olor a café me embriaga. Escucho dos risitas picaras y me encuentro a las dos pequeñajas jugando a disfrazarse, a sí mismas y a nuestras mascotas, el único que salió invicto de las manos de estas dos es Chanelo.

+ Buenos días, bonita.

Deja un pico en mis labios y me ofrece una taza calentita, ¡que apetecible!

- Buenos días.

Le sonrío.

- ¿Y vosotras que hacéis, bichillos?

= Aka.

Lucia indica a Danka que está llena de collares.

Exploto en una carcajada. Que paciencia tienen las perras con esta enana.

- ¿Has puesto guapa a Danka?

Asiente orgullosa.

- Anda que no la lías, ¿Eh, pequeña?

Apoyo mi dedo índice en su naricita.

- Pero vamos a dejarlas jugar un ratito fuera.

Me levanto para abrir la ventana que da al jardín y dejar salir a las perras. Quito todos los accesorios que les han puesto encima y las tres salen a correr un rato.

+ ¿Tostadas?

- Sí.

+ Iba a llevarte el desayuno a la cama, pero te has adelantado.

Me encojo de hombros.

- Aquí también se está bien.

+ Me llamó mamá, que si vamos a comer hoy allí.

- Lo que tú quieras.

+ Había pensado en irnos los cinco por ahí.

- No veo bien molestar a Manu un domingo si no es por trabajo, casi no tiene fines de semana libres.

Estoy a tope con los conciertos y eso le exige currar también a él.

+ Vale, le digo a mamá que si.

Las carcajadas provenientes del salón llaman nuestra atención.

- ¡Joder, Lucia!

Llevo mis manos a mi boca. ¿Como una sola niña de dos años puede hacer tantas trastadas juntas?

¡Con el frío que hace fuera!

Ha aprovechado la ventana que dejé sin cerrar para las caninas y salió con una pequeña falda de disfraz, descalza al fango. Ahora se ha puesto perdida de pies a cabeza y con sus piececillos hace dibujos en el suelo de casa con las gotitas que caen.

- Entra a Cami.

Le pido antes de que se le ocurra imitar a su hermana. Por suerte la mayor es más tranquila y solo juega a tirarle la pelota a las mascotas que corren desaforadas tras ella para devolvérsela.

+ Ve tu a abrigar a Cami, yo me ocupo de este bicho.

La desviste y corre con ella hacia el baño.

- Ven aquí, cielo, vamos a cambiarte para que puedas ir a jugar con las perras, hace frío y así puedes ponerte mala.

Le explico. Coge mi mano y en nada vuelve al jardín. Gaby está bañando a la nena y yo me dispongo a limpiar el suelo. Menudo demonio tenemos por casa.

Solo el amor nos salvará (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora