- ¡No, espera!
Escucho su grito desde el pasillo, aún no me ha dado tiempo a alejarme de la habitación.
- Esta bien, voy a cenar.
Se ha levantado y abre la puerta detrás de mi.
- Pero no te vayas.
Ruega. Suspiro y me giro para volver a entrar con ella en absoluto silencio.
La observo llevar cada bocadillo a su boca con pesadez.
- Ya no quiero más.
Me mira buscando autorización, como si fuese una niña pequeña. Me encojo de hombros, supongo que con lo que ha cenado será suficiente. Aparto la bandeja y vuelvo a sentarme en el sofá.
- Gaby, yo lo siento.
+ Está bien, Malú, ya está.
- No, me sigues rechazando.
+ No te rechazo.
- Túmbate conmigo.
La miro apurado. No me apetece.
- ¿Ves como me rechazas?
+ Estoy cansado de aguantar tus borderías, tus brotes de impulsividad, de que la pagues siempre conmigo...
Asiente llena de congoja y se tumba dándome la espalda. Solloza en silencio, solo puedo percibir el llanto porque veo su torso temblar al compás de sus suspiros acallados.
+ Ven aquí, anda.
Me siento en la camilla abriendo mis brazos para recibirla. Sé que está arrepentida de su forma de actuar y aunque metió la pata nadie es perfecto. Además me puede verla llorar, siempre me ha conmovido y especialmente ahora, es un momento para estar juntos y querernos, no para seguir discutiendo.
+ Hey pequeña.
La llamo. Sus sollozos han incrementado y ahora resuenan con fuerza. En un rápido movimiento la tengo abrazada a mi cuerpo, escondida en el hueco de mi cuello. ¡Como le gusta refugiarse allí, y cuánta ternura me produce!
+ Venga llorica, que vas a volver a deshidratarte.
Le digo lleno de cariño escuchando una risita salir de su boca. Con suavidad la aparto de mi y sujeto su cara entre mis manos. Fugazmente cruzamos nuestras miradas y acorto la distancia que nos separa con un beso que me sabe a gloria.
- Perdóname.
+ Vamos a olvidarlo, ¿vale?
- No... llevas razón, siempre acabo por pagarla contigo.
+ Eres un tormento... y muy pesada... pero te quiero.
- No me vaciles ahora.
+ No te estoy vacilando.
- ¿Vas a disculparme?
+ Que sí.
Se lanza a mis labios cual animal hambriento en busca de su presa. Que adictivo es el sabor de su boca. Sonrío como un tonto cuando el oxígeno nos hace separarnos y veo sus labios enrojecidos producto de la pasión.
+ Bonita.
Aseguro recorriendo su boca con mi pulgar.
- Túmbate conmigo.
Lo hago en la estrecha camilla que nos obliga a estar tan pegaditos como a nosotros nos encanta.
+ Enhorabuena, mami.
Acaricio su tripa y la siento estremecer.
- Vamos a tener un bebé.
Me dice con la sonrisa más grande que he visto nunca.
+ Vamos a tener un bebé.
Confirmo antes de volver a sus labios. Es aquí donde quiero quedarme para siempre.
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Solo el amor nos salvará (Segunda parte)
FanficNovela inventada. La historia de amor de Malú y Gaby, una pareja que enamora. Por la cantidad de capítulos he tenido que continuar la novela como una nueva historia. Espero que os siga gustando.