Capitulo 209

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Dejo a Cami en la cocina y me asomo con prisa a ver quién es.

A: Malú.

Se sobresalta nada más entrar, calada hasta los huesos, normal con la que cae fuera.

- ¡Alba! ¿Qué haces aquí tan pronto? ¿Tu no dormías en casa de Sandra?

A: Sí, pero hemos madrugado y ya he vuelto.

Se excusa nerviosa.

- Un domingo a las 7 de la mañana...

Asiente sin sostenerme la mirada.

- No cuela.

Aseguro esperando una explicación.

A: No se lo digas a papá.

Suplica.

- Motivos tenía para no dejarte ir a aquella fiesta.

Le recuerdo.

- Ve a darte una ducha, que vas a quedarte helada. Luego hablaremos tú y yo.

Sube en silencio las escaleras y alcanzó a escuchar como se mete en el baño antes de seguir contándole cuentos a Cami, solo media hora después baja con su pijama y liada en una manta.

- Ven aquí Cami, que ahora te pongo los dibujos un ratito.

~ ¿Puedo ver Mulan?

- Lo que quieras.

Acepto dejándola en el sofá frente a la televisión, necesito hablar a solas con Alba.

A: Iban todas mis amigas.

Argumenta sin mirarme al notar que me siento frente a ella.

- Y tú padre lo sabia, aún así te ha dicho que no podías ir.

A: Ya.

- Las mentiras destruyen la confianza.

A: ¿Vas a castigarme?

- No creo demasiado en los castigos.

Le cuento, es la verdad, yo también mentí alguna vez  a mis padres cuando era adolescente y no dejé de hacerlo por ser castigada, preferiría que entienda el mensaje de una mejor manera.

A: ¿Entonces? ¿Vas a obligarme a contárselo yo a papá?

Me reprocha.

A: Ya los has hecho antes.

Joder, eso ha dolido, descubrir yo misma su enfermedad en aquel momento no fue fácil, y todo lo que vino después ni hablar, lo recuerdo como la peor época de mi vida.

- ¡Alba!

A: ¿Qué quieres de mi? Me apetecía ir, ya lo sabes, os los expliqué mil veces.

- Y Gaby te explico mil veces a ti que un sitio así no es para una chica de tu edad.

Se encoge de hombros.

La hermana mayor de una de sus amigas ha organizado una fiesta en un local que dista bastante de llevar un buen nombre y lleno de chavales que le doblan la edad a ella y sus amigas.

- ¿Te lo has pasado bien?

Por primera vez me mira a los ojos.

A: ¿De verdad te importa?

Asiento.

- Si no me importará no te lo preguntaría.

Para mi sorpresa se echa a llorar, negando. Dios mío, espero que no les haya pasado nada. Solo pretendía demostrarle que salir mintiendo hace perder parte de la diversión. A mí es lo que me pasaba, pero creo que sus lágrimas son más que una señal de no haberse divertido.

- ¿Qué pasó, Alba?

Solo el amor nos salvará (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora