Capitulo 259

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- ¿Qué?

Mi cara de asombro debe ser un poema, me esperaba todo menos esto, si es una cría.

A: No sé como ha podido pasar.

Por fin me mira, asustada.

A: Nunca lo hicimos sin protección.

- Joder, Alba, se os habrá olvidado, con protección estas cosas no pasan.

A: Te prometo que no, mamá.

Llora angustiada. Debo cambiar la actitud, necesita mi apoyo, no que la regañe.

- ¿Ni una vez? ¿Estas segura?

A: Si.

Asiento con la cabeza.

- Vale.

Confío en ella.

- ¿Te hiciste el test?

A: No.

Solloza.

A: No me atrevo.

Saca de su mesita una caja cerrada.

A: No quería ni comprarlo.

Solloza agobiada.

A: Sandra lo ha hecho por mí, dice que debo hacérmelo... es que tengo mucho miedo.

- Si no te has hecho un test no puedes afirmar que estás embarazada.

A: Tengo cuatro días de retraso.

- Corazón.

La abrazo, necesita calmarse.

- Si lo habéis hecho siempre con protección, cuatro días de retraso no creo que sean una señal de que estes embarazada si no tienes algo que lo compruebe.

Le explico, espero estar en lo correcto.

A: A mi siempre me llega cada 28 días.

Joder, que suerte, yo nunca tengo idea.

- Ven, vamos al baño.

Le enseño como debe hacerse el test.

- Cuando acabes de hacer pis, me avisas y entro, ¿vale?

Asiente temblorosa, los nervios la comen, igual que a mí, por más tranquilidad que pueda aparentar.

- Cielo, si el resultado es positivo, papá y yo vamos a apoyarte en lo que decidas hacer.

Quiero que tenga eso súper claro, incluso antes de saber si está o no.

Un par de minutos después abre la puerta, dejándome entrar.

- Tenemos que esperar un poquito.

A: Te necesité mucho este fin de semana.

Rompe a llorar una vez más.

- Ven aquí, amor.

Le doy cobijo entre mis brazos.

A: No quiero estar embarazada, pero no sería capaz de abortar.

Su respiración agitada me demuestra la angustia que siente en este momento.

A: A mí mi mamá no me quiso, y yo no podría hacerle lo mismo a un hijo.

Suspira.

A: Y no sé si Ivan querrá... y además está lejos...

- ¡Hey!

La llamo cortando el bucle en el que se ha metido.

- No te rayes.

Cojo su cara entre mis manos.

- Ya te he dicho que papá y yo vamos a apoyarte en lo que sea.

Vuelvo a prometer.

- Y no nos adelantemos, ¿si?, vamos a esperar el resultado.

A: ¿Es que cómo puede ser? Te prometo que ni una sola vez nos olvidamos del condón, me acordaría...

Otra vez esa seguridad de que será positivo.

- ¡Negativo!

Le enseño el test, que ya ha arrojado el resultado.

A: ¡Ay!

Se abraza a mi y vuelve a llorar, liberando toda la tensión que llevaba dentro. También yo suelto el aire que llevaba reteniendo, aliviada. Sin duda le habríamos dado todo nuestro apoyo, pero si que hubiese sido bastante complicado.

Solo el amor nos salvará (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora