Solo el amor nos salvará (Segunda parte)

Capitulo 377

Llevo horas sentada frente al ordenador. Vero tiene razón en cada una de sus palabras, no puedo permitir que lo nuestro se desvanezca.

No se me ha ocurrido la idea más original, pero si la que creo, mejor nos hará, y he de decir que no ha sido fácil decidirme. Cuando acabo con ello llamo a mi chico. Además de ese plan, he decidido que será buena idea ir esta noche al cine. No tengo recuerdo de cuando fue la última vez que lo hicimos y aunque puedan pararme, merece la pena por salir a hacer algo diferente en pareja. Vamos a divertirnos y lo necesitamos.

- Hola cariño.

+ ¿Esta todo bien?

Se sorprende por mi llamado, no suelo interrumpir cuando está trabajando ni llamar cuando lo estoy haciendo yo, sigo en el estudio, el no sabe que ocupada en otra cosa.

- Sí, estupendamente.

+ Te noto animada.

- Lo estoy.

Confirmo.

- Porque tengo un planazo para esta noche.

+ Miedo me das.

- Que va, para nada.

Le tranquilizo.

- He cogido entradas para ir al cine a las 10, salimos temprano de casa y pasamos a por comida basura, nos inflamos a patatas y hamburguesas en algún sitio con bonitas vistas y luego rematamos con palomitas viendo la peli.

Narra Gaby

Su voz denota la ilusión de una niña. Hace mucho no hacemos una salida así y aunque las cosas no estén bien entre nosotros, no voy a negárselo.

...

..

+ ¿A que se debe todo esto?

Pregunto tras darle el primer bocado a mi hamburguesa. Con su lengua se limpia las comisuras y se encoge de hombros inocente.

- Me apetecía.

+ Ya.

- No pienso dejar que nuestro amor se esfume sin más.

Admite por fin.

- No voy a perderte, Gaby.

Asegura con una mirada intensa y juega con el anillo que lleva en el dedo índice.

- No puedo perderte... No quiero perderte y voy a hacer lo que haga falta para que volvamos a estar bien.

Sus ojitos me transmiten tanto. Piden a gritos que le asegure mi amor y por supuesto, voy a hacerlo.

- Quiero que volvamos a ser esa pareja perfecta, de la que hasta cupido podría haber sentido celos, ¿me ayudas?

Si pudiera el próximo bocado se lo daría a ella. ¿Acaso se puede ser más adorable?

+ No.

Su cara es un cuadro. No puedo evitar reír.

+ No necesitas que te ayude a recuperarme, porque me tienes... Tienes todo mi amor, toda mi admiración, todo mi respeto.

- Nada de eso ha sido suficiente...

Protesta afligida con un suspiro lleno de frustración.