Capitulo 348

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Tras estar un rato con Alba y asegurarnos que se ha quedado tranquila, volvemos a nuestra habitación.

- Sigo enfadada.

Advierte cuando la rodeo por la espalda, cariñoso.

+ ¿Mucho?

Pregunto apartando su pelo para besar su cuello.

- Bastante.

Responde facilitándome la tarea al dejarme más espacio.

+ Lo siento.

Susurro sin apartar mis labios de ella. Adoro sentir como se estremece.

Aprovecho de colar mi mano por debajo de la sudadera y pellizcar su pezon. Da un respingo que me hace sonreír.

- Ponerme cachonda sin que puedas acabarlo si que me hará enfadar.

Amenaza.

+ No te enfades tanto, que te pones fea.

Ronronea dejándose hacer.

- Tu amigo no parece verme tan fea.

Asegura atrapando mi abultado miembro en un rápido movimiento.

+ Estas jugando con fuego.

- No me importa quemarme.

Dios mío, esta mujer me hará perder la razón. Su mano se mueve con una agilidad desconcertante.

Si quiere jugar con fuego y no le importa quemarse, ¡pues vamos a jugar!

Introduzco mi mano en sus bragas e inmediatamente separa sus piernas. La posición y el placer me hacen tener más dificultad que ella, además no pienso separarme de su cuello, va a matarme cuando vea que le he dejado marca.

La torturo por largos segundos y sonrío al escucharla farfullar cuando muy ligeramente tiro del cordel de su tampón, recordándole que no puedo hacer nada más.

Con rabia quita mi mano de su intimidad.

- La próxima vez que me calientes así y no puedas acabar te voy a arrancar los huevos, ¿me oyes?

Me río. Es muy graciosa cuando se enfurruña.

- Y por cabrón, te quedas a medias tú también.

Me desafía soltando a mi amigo que aún disfrutaba de estar entre su mano.

+ Eres muy vengativa tú.

Me quejo. Asiente con una enorme sonrisa la muy capulla.

- Pues te jodes.

+ Pis ti jidis.

La pico, acercándome a ella para besarla con lujuria.

Me quedo pasmado cuando al separarnos por la falta de oxígeno, hace un puchero y se echa a llorar, cubriéndose la carita con sus manos.

+ Mi vida, ¿qué pasa?

Pregunto apartándolas para verla.

Se abraza a mi y entre lágrimas se desahoga en una retahíla de palabras atropelladas que pretenden liberar todas sus emociones.

- ¡Maldita regla joder!

Solloza.

- Además de no poder tener hijos, ¿no puedo tener sexo?. Y luego viene Alba que nos ha oído pelear. Y que no me gusta cuando estamos mal, coño.

Sonrío enternecido. Parece una niña pequeña montando una rabieta.

+ No estamos mal, cariño.

Limpio sus lagrimitas.

+ Hemos discutido por tonterías, pero no estamos mal.

Asevero.

+ Estamos enamorados, buscando un bebé que se hace esperar.

Le explico.

+ Pero va a llegar para ser recibido con todo el amor que merece.

Acaricio el puente de su nariz con ternura.

+ Y va a tener a la mamá mas guapa, más buena y más impaciente de todo el mundo.

Le sonrío dulcemente.

+ Por favor, necesito que le bajes la intensidad a esto, porque me puede verte tan desesperada.

Le pido honesto.

+ Sé que se te hace difícil, pero solo han pasado dos meses, mi amor, y puede tardar más...

Asiente refugiándose otra vez entre mis brazos.

- Te necesito conmigo.

+ Estoy contigo, princesa.

La abrazo con fuerza.

+ Nunca he dejado de estarlo.

- Ya, lo sé... que me mimes.

Me mata de ternura.

+ Vas a cansarte de tantos mimos que te voy a dar.

Le prometo dejando un beso en la punta de su nariz. Entrelazo nuestras manos y nos guío hasta la cama donde voy a darla un masaje para luego acariciarla en el pelo hasta que caiga rendida, adora dormirse así.

Solo el amor nos salvará (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora