Capitulo 210

389 16 0
                                    

A: Dos chavales arrinconaron a Elena cuando salía del baño.

Sorbe la nariz.

A: La tocaron mucho.

Solloza recordando la imagen.

A: Por suerte alcanzamos a oír su grito de ayuda y mientras las otras iban a echarle una mano, Sandra y yo corrimos a buscar al novio de la hermana de Andrea. El quitó a los tíos antes de que lleguen a hacerle algo peor y nos obligó a irnos de allí. Nos llevó a su casa, pero fue horrible.

Me cuenta espantada entre lágrimas. Me levanto para sentarme junto a ella en la banqueta que tengo enfrente y poder abrazarla.

- ¿Le hicieron daño a alguna otra de vosotras?

Pregunto preocupada.

A: No.

- ¿Cómo está Elena ahora?

Pregunto comedida por su amiga. Han ido cinco a la fiesta y para todas tuvo que haber sido horrible, pero para ella, sin duda la que más.

A: Asustada.

- Normal.

A: ¿Por qué los hombres hacen esas cosas, Malú? ¡Que es su cuerpo!

Vuelve a sollozar.

A: Y no quería que la toquen.

- No lo sé, cielo, es de aquellas cosas que jamas vamos a poder entender.

Le digo comprensiva.

A: Yo me muero si me pasa algo como a ella.

Sus sollozos se han convertido en un llanto desesperado. La abrazo conteniéndola, que situación tan horrible ha tenido que vivir, y tristemente pasa a diario con resultados aún peores.

A: Estuvimos todas un rato en la casa de Andrea hablando, necesitábamos estar juntas y calmarnos.

Me cuenta.

A: Luego Elena llamo a su mamá para que la fuera a recoger.

Sin duda es lo mejor que ha podido hacer, la chica necesitará del amor de su familia y tal vez algo de ayuda profesional para superar el trauma.

A: Nosotras también hemos tenido que irnos, no hay sitio allí para quedarnos a dormir.

Me mira algo acobardada.

A: Quise volver a casa, no irme donde Sandra.

Vuelvo a abrazarla.

- Me parece muy bien.

Es aquí donde recibirá la contención que ahora tanto necesita.

- Nosotros vamos a cuidarte.

Le prometo dulcemente mientras acaricio su espalda por algunos minutos sin romper aquel abrazo.

- Sube a descansar, estarás agotada.

A: ¿Vas a contárselo a papá?

- Estoy segura que no se imaginaba que os pasaría nada de esto.

Digo seria.

- Y sabiendo que las otras si tenían permiso, a ti no te lo ha dado.

Le recuerdo. Tuvieron varias charlas al respecto, también me pidió a mi que intervenga, pero aunque en otras ocaciones lo he hecho, esta vez me he negado.

- Gaby solo quiere cuidarte, Alba.

Aseguro.

- Aún así, creo que ya has aprendido la lección.

Vuelve a sorprenderme cuando una vez más se echa a llorar.

A: ¿Por qué haces esto?

Su pregunta me deja perpleja.

- No voy a decir nada.

Me excuso creyendo que igual es el motivo de su llanto.

- Pero si pregunta, no voy a mentirle.

Debo ser honesta.

A: No eres mi mamá.

Me acusa llorando, confundiéndome más aún, creí que había manejado bien las cosas.

Solo el amor nos salvará (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora