Capitulo 337

326 19 6
                                    

- ¿Qué?

Pregunto con la cara desencajada. Vaya que sí me ha pillado por sorpresa.

A: ¿Qué si estas embarazada y no nos has contado?

- No.

A: Mamá, por favor, dime la verdad.

- Que no estoy embarazada, Alba.

Aseguro de mala gana. Ojalá estarlo.

- ¿De donde has...?

A: Mis amigas no dejan de preguntarme... ha salido en Twitter.

Su respuesta se adelanta a que yo pueda acabar la pregunta.

De reojo miro a mi amiga que sin duda estará revisando la red social, sus ojos están clavados en la pantalla de su móvil y su gesto es absolutamente apático.

Bufo.

A: ¿Qué les digo?

Me mira interrogante.

- Nada.

Nunca he salido a desmentir lo que se dice de mí, tampoco lo haré ahora.

A: A mis amigas...

Musita cohibida. Ahora mismo para ella debe ser tan fastidioso como para mi que sus amigas sean mis fans.

- De momento, nada.

Le pido casi en una suplica.

- Por favor.

A: Vale.

Sale del estudio dejándome a solas con Sol. No tardo ni un instante en sentarme junto a ella a ver lo que se cotillea.

S: Pero que coño...

- Déjalo Solete, ya hemos visto suficiente.

S: Han dicho cosas peores...

Limpio una lágrima que se me ha escapado, luchando por no romperme.

- Ya.

Estoy acostumbrada a que hablen de mí. A las críticas, a las suposiciones, a los chistes de mal gusto, e incluso a que se inventen todo tipo de historias. Como lo han hecho con esta.

Cuando se supo que mi chico tenía hijas, vaya que sí dio lo que hablar, tuve que coger fuerzas de donde no había para mantener silencio, pero lo hice. Ni una palabra, ni un solo gesto por mi parte, la experiencia me ha enseñado, que no manifestarme, es mi mejor opción.

Hubo tanta gente opinando sobre mi rol de "mamá", "madrastra", "madre del año", "pareja de padre", "que me faltaba traer a casa a niños abandonados" "que si recojo mascotas, también puedo hacerlo con críos" y cuanta burrada pueda ser dicha.

Algunas cosas me llegaron a doler, sí, a veces se echa en falta la empatía. Esa capacidad de pensar que la que está leyendo no es una máquina que canta, sino una persona, a la que le ocurren cosas.

Por eso, siempre he optado por hacer caso omiso a aquellos que juzgan mi vida como si me conocieran y quedarme con el cariño de mi gente. Ellos son mi motor. Ellos me defienden de todo. Ellos me sacan una sonrisa cuando otros traspasan la delgada línea del respeto, son ellos los que atacan con más fuerza que nadie a mis agresores, mis más fieles abogados.

Y Sol lleva razón, ahora no hacen comentarios dañinos, verdaderamente han hablado peor, ahora solo especulan sobre mi embarazo... mi embarazo que no existe y que tanto desearía poder confirmar. Es precisamente a eso a lo que no estoy acostumbrada.

Solo el amor nos salvará (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora