Capitulo 398

333 21 3
                                    

Narra Malú

- Libre como hoja que ha caído, bailas a mi lado y yo voy contigo...

Entono en solitario esta canción que escribí pensando en mi tío. De repente, sin ningún tipo de previo aviso, siento una arcada que me hace querer echarlo todo aquí mismo. Delante de toda mi gente. Consigo neutralizarme antes de vomitar, pero lo único que me veo capaz de hacer para no parar el show es girar el micrófono hacia el público y dejar que sean ellos los que acaben la canción, mientras que, con los ojos cerrados respiro pausadamente buscando encontrarme mejor, ¡que agobio!

Agradezco a todo Dios cuando al acabar los últimos acordes me veo renovada y con toda la fuerza para continuar. Hago una señal a Vivi pidiéndole agua y como si de un milagro se tratase consigo acabar el concierto sin volver a padecer ningún tipo de incomodidad.

- ¡Muchísimas gracias Santander!

Tiro un beso al aire y me echo a correr fuera del escenario.

+ ¿Te encuentras bien?

- Sí, perfectamente.

+ ¿Estas segura?

- Que sí, pesado. Estoy genial.

+ No has hecho tu bailecillo en llueve alegría.

Que ingenua he llegado a ser pensando que a mi chico se le podría escapar algún detalle. Me cuida como si el bebé fuese yo, no el que llevo dentro de mi vientre.

- Ya, justo en ese momento me encontré algo mal.

Admito.

- Pero ahora estoy perfecta.

+ Vale.

- En serio, lo prometo.

Su respuesta es un beso de esos que me hacen querer mucho más. La adrenalina y las ganas me pueden.

- Dúchate conmigo.

+ No, que luego se nos va la pinza.

- Por eso quiero que te duches conmigo.

Le hago reír. A mi ya se me ha ido.

- Me pones mucho.

Susurro en su oído. Ágilmente nos encamina hasta el baño del camerino sin dejar de besarme. Su ropa ha ido saliendo de combate entre trompicones. Con mi mono tendrá que tener más cuidado para quitármelo.

...

...

+ Lo has hecho estupendo.

- ¿El amor o el concierto?

Pregunto mientras nos vestimos. Una carcajada escapa de su boca.

+ Las dos cosas, pequeña desatada.

- Si vas a piropearme, debo saber al que te refieres.

Me encojo de hombros inocente, aunque llena de picardía.

+ Ya te digo yo que se te va la olla.

Me río. No puedo rebatirle nada ahora mismo.

+ Anda, tira y vamos ya, que empezarán a echarte de menos y harán bien en mal pensar.

Vamos a ir a tomar algo con el resto del equipo. Es el cumpleaños de Yaiza y no perdemos la oportunidad de celebrarle.

- No creo que me de el cuerpo para quedarme mucho rato, estoy agotada.

Me quejo, últimamente el cansancio me tortura a todas horas.

+ Cuando quieras nos vamos al hotel.

Entrelaza nuestras manos y salimos del camerino hasta el coche. Manu nos espera para llevarnos. A juzgar por el silencio que reina en los pasillos aseguraría que ya todos están en el garito que han alquilado. Cuando de fiesta se trata, mi equipo no conoce la impuntualidad.

Solo el amor nos salvará (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora