Capitulo 270

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- "Ya llegamos".

Aviso por mensaje a Gaby. Pillamos atasco y estamos algo justos de tiempo. Haremos la prueba de sonido y luego le llamaré.

Hoy toca dejarse la piel en Pamplona.

J: Te veo más tranquila.

Me comenta mi hermano de camino a los camerinos, es hora de empezar a preparase para el show.

- Creo que de a poco las chicas lo van llevando mejor.

Despedirme hoy fue más fácil que la vez anterior y ya vamos todos acomodándonos a esto, lentamente. Habrán momentos más difíciles, pero nos iremos acostumbrado. America está en el horizonte y eso si me sigue preocupando, son dos semanas en que tengo que cruzar el charco sola, no me gusta la idea de dejarles por tanto tiempo, pero no hay forma de que me acompañen.

J: Me alegro, canija.

- ¿Cómo están Adri y la nena?

No les he visto en varios días.

J: Adri súper bien. Y la nena es un trasto como su tía.

Sonríe, picándome. Es un padre maravilloso y esta súper orgulloso de su niña.

..

Sentada en mi camerino, entregada completamente a Soledad para que pueda currar mi pelo, me entretengo cotilleando las redes. Mi gente es tan bonita. Llevan días acampando para estar en primera fila y aunque me siento culpable y me dan muchas ganas de darles un guantazo para mandarles de vuelta a casa, no dejan de emocionarme.

- Siempre me sorprenden.

Le enseño una foto.

- Es que son increíbles.

M: Hay que salir de aquí.

Irrumpe Manu, alterado en mi camerino.

M: Rápido.

- ¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué pasa?

M: Hay amenaza de bomba en el recinto.

Me quedo pasmada. No sé ni cómo reaccionar. Mis pies tiemblan, evitando que pueda salir corriendo.

M: ¡Vamos!

Manu coge mi mano y me arrastra con él hacia la salida. Sole viene con nosotros. En los pasillos solamente veo seguratas corriendo, dando aviso a todos que deben abandonar el recinto.

Confusión. Eso es lo único que puede percibirse en este momento. Gente desesperada buscando escapar, sin saber verdaderamente qué está pasando.

- ¿A dónde vamos?

Pregunto ya montada en el coche.

M: Al hotel.

- ¿Y los demás?

M: Todo el equipo va para allá.

Sol y Chia también han entrado al vehículo. Siempre están conmigo. En momentos difíciles son especialistas en tranquilizarme, pero ahora ni siquiera hacen el intento, creo que ni ellas consiguen su propia calma como para poder dársela a alguien más.

Ahora si, las lágrimas escapan de mis ojos como verdaderos caudales que no tienen donde desembocar, van simplemente en caída libre estrellándose contra lo que venga.

Miro por la ventanilla. Guardias de seguridad avisan a todas esas personas que me estaban esperando que deben irse. Joder, ¿y ahora que va a pasar?

Solo el amor nos salvará (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora