Capitulo 371

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Narra Malú

¡Que pereza! Es lo primero que pienso cuando me despierto. Abro los ojos y le veo a él, totalmente dormido, con gesto relajado y abrazándome. Sonrío como una tonta. Que bonito despertar, se está tan bien entre sus brazos. Me remuevo para coger mi móvil de la mesita de noche y ver la hora. Es muy temprano aún, la alarma sonará dentro de una hora.

Reparto besos suaves por su mandíbula. Su barba de pocos días lo hace más atractivo si cabe.

- Guapo.

Susurro cuando noto que está despierto. No ha abierto los ojos, pero su preciosa sonrisa le delata.

+ Déjame dormir.

- Me he desvelado.

Digo con voz de niña.

+ Pero yo no.

Responde acariciándome espalda. Se para en mi culo y da un pellizco.

- Oye tú, eso es propiedad privada.

+ Tengo enganche con la dueña.

Responde gracioso.

No aguanto más las ganas de besarle y me lanzo a sus labios para recrearme a gusto. Parece conforme, pues sigue aquel beso que solo me deja con ganas de más. De mucho más.

..

- No quiero que te vayas.

Confieso mimosa abrazada a su cuerpo. Hemos empezado el día como más nos gusta bajo la ducha y ahora no quiero separarme de él.

+ Regreso esta tarde.

Debe ir a trabajar y yo también.

- Me apetece quedarme todo el día pegadita a ti.

Confieso. Después de la charla que tuvimos anoche me he levantado súper pastelosa.

+ Te prometo que luego te voy a llenar de mimos.

- Ahora.

Protesto.

+ Ahora te voy a lavar el pelo y luego vamos a salir de aquí para vestirnos y levantar a las chicas.

Besa mi frente.

- No.

+ Si.

- No... te quiero todo para mi.

Imploro con tono infantil.

+ Pero tenemos tres hijas, de las cuales dos no estarán listas si no nos damos prisa.

- Te odio.

+ Me amas.

- Que no... te odio.

+ Vale. Se cancela el plan de esta tarde por falta de amor.

Me hace reír. Será payaso.

- ¿Qué vamos a hacer?

Me mata la curiosidad.

+ Nada.

- Anda, cuéntamelo, porfi.

+ Es un secreto.

Baja su cara a la altura de mi oído para de decírmelo en un susurro.

+ Sorpresa.

Murmura y me hace estremecer. Un escalofrío me recorre todo el cuerpo, provocando su risa.

- Te odio más por momentos.

Afirmo segura y enseguida ronroneo de placer cuando sus manos masajean mi cabeza, llena de champú.

+ No se nota.

Asevera animado. Yo simplemente me dejo hacer.

Maldigo en voz baja cuando cierra el grifo. He disfrutado mucho del estar con el bajo el agua. Hoy más que nunca, me pasaría todo el día bien cerquita suya. Necesito muchos de sus mimos.

Solo el amor nos salvará (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora