Solo el amor nos salvará (Segunda parte)

Capitulo 349

Narra Malú

Aparco el coche en casa pronto. Hoy me he regresado temprano del estudio. Tengo un dolor de cabeza horrible y el trabajo no estaba dando resultados.

Tras tomarme una pastilla me dejo caer en la cama agotada. Me vendrá bien una siesta antes de que las nenas vuelvan llenas de energía y consuman la mía.

...

..

Entreabro los ojos y vuelvo a cerrarlos rápidamente por la luz que me molesta, me ha dado pereza cerrar la persiana y ahora lo pago. No sé cuánto tiempo habrá pasado desde que me dormí, pero que bien me ha sentado.

Las risitas de las pequeñas se cuelan por mis oídos, alguna trastada estarán haciendo, espero que Carmen se ocupe de pararlas, porque necesito quedarme remoloneando algunos minutos más.

Confío en que lo ha hecho, poco después el silencio reina otra vez.

Estiro mi mano hasta coger el móvil, cotilleo las redes y luego me levanto.

- ¡Ala! ¿pero vosotras que hacéis?

Debiese reñirlas, pero ahora mismo sólo puedo aguantarme las carcajadas cuando veo a las dos enanas de lo más concentradas pintándose las uñas con el esmalte que tengo en el bolso.

Ambas se sobresaltan al escucharme, lo que me hace más gracia aún.

~ Fue idea de Lu.

Cami se excusa inmediatamente.

= Ami.

La otra acusa a su hermana. Menudos bichos.

= Pitar uñas.

- Ya veo que os estáis pintando las uñas. ¿Y de donde habéis cogido el esmalte?

= Bosho mami.

Me cuenta sonriente. Ni se ha enterado de que puede caerle una regañina. Es su ingenuidad la que hace que me parta de risa.

~ Como tu.

Me enseña sus pies y sus manitas. Comedida. Todavía insegura por si voy a reñirla, pero supongo que verme reír la ha relajado.

= Co tu.

Repite la enana.

- Ya, pero es que yo no doy permiso que me saquéis las cosas del bolso.

Les recuerdo en un tono neutro. Desde que usaron mis tampones como velas para una tarta en alguna comida familiar en casa de mis suegros, he tenido que ser más restrictiva.

~ Fue Lucia, que quería pintarle las uñas a Danka.

Vuelvo a reír. Yo de niña era un culo inquieto, pero no tenía ni la mitad de las ideas que tiene Lu.

- ¿Danka no te ha dejado que la pintes?

Finjo seriedad.

= Aka no quele.

Pone una carita y voz de desilusión que casi llega a darme lástima. No puedo más y me descojono. Menuda fiera tenemos por casa. ¿Cómo se supone que me enfado? Si una es más buena que na', y la otra tiene unas ocurrencias que me entran ganas de volver a ser niña para hacer travesuras con ella.