Capitulo 372

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Narra Gaby

+ Impaciente.

La rodeo por la cintura. No ha dejado de preguntarme por la sorpresa que le tengo desde que llegó a casa, poco después que yo.

- Me has tenido con la intriga todo el día.

+ Y te tendré un poco más, porque vamos a hacer plan de adultos.

Señalo a las chicas que dibujan en los folios que les dejó Malú.

- Me gustan los planes de adultos.

Sonríe pícara.

+ No todo plan de adultos acaba en la cama.

Susurro en su oído y me río cuando siento como un escalofrío la recorre de pies a cabeza. Decido no dejarle tiempo para responder y tras decir la última palabra me alejo de ella.

Narra Malú

+ Vete arriba un rato.

Me pide. Subo sin protestar y 20 minutos después le veo entrar en nuestra habitación. Entrelaza nuestras manos y me guía hasta el jardín. La mesa está puesta de una forma preciosa con dos velas y champagne. Nuestros platos llenos de sushi y el detalle de una rosa blanca como única decoración.

Me hace disfrutar de una cena romántica llena de arrumacos y piques. No hemos dejado de provocarnos ni reírnos. Que a gusto me encuentro.

- Tonto.

+ ¿Cómo me has llamado?

- Ven aquí, más cerquita, así cuando te lo repita no te quedan dudas.

+ ¿Estas segura que quieres que me acerque?

- Muy segura.

Lo hace. Su oído está a escasos milímetros de mis labios. Muerdo el lóbulo de su oreja y luego repito despacio para que me entienda.

- Ton – to.

En un movimiento ágil me coge en volandas haciéndome reír. Sé que acabará en una guerra de cosquillas donde de seguro voy a perder, pero aunque nunca se lo confesaría me encanta cuando lo hace.

+ ¿Tu piensas que voy a atacar tus costados y nutrirme de la preciosa risa que tienes cuando te hago cosquillas?

Pregunta irónico, apoyándome en una de las tumbonas.

- Puede.

Respondo inocente, mordiendo mi labio inferior. No tengo dudas de que es lo que hará.

+ Pues déjame decirte...

Acerca sus manos a mi camiseta.

+ Que te equivocas.

Achino los ojos para mirarle. Ya veo sus intenciones y lo que pretende es pillarme desprevenida.

- ¿Ah si?

+ Aja.

Sus dedos ya están demasiado cerca de mí.

+ Lo primero que haré es desnudarte.

Anuncia quitándome la ropa, ahora solo me cubren las bragas y el sujetador. Me ha puesto cachonda perdida con nada.

+ Y luego voy a asegurarme de que sientas mucho calor.

Es imposible no hacerlo. Junio está llegando a su fin y el verano se hace sentir a todas horas. Ni hablar de lo que además produce en mi el tono que está usando ni cuánto me estremece el roce de sus dedos en mi piel. Sus besos que no llegan a mis labios pero me hacen querer devorarle cada vez que se acerca van a conseguir que me derrita, esto suena al puto infierno en el paraíso.

- Siento mucho calor.

Me deshago de su camisa.

- Muchísimo.

Reitero.

+ Yo también... igual podrías quitarme los vaqueros.

- Eso está hecho.

En un par de segundos su piel roza casi al completo con la mía. La ropa interior es lo único que nos separa.

+ ¿Sigues acalorada?

- Ardiendo.

+ Vamos a solucionarlo.

Me engancha a su cuerpo como si fuese un koala y ríe a carcajadas echándose a correr. No tengo tiempo para quejas ni protestas. Lo único que puedo hacer es cerrar los ojos cuando de un brinco nos hace caer a ambos en la piscina. Lo voy a matar.

Solo el amor nos salvará (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora