Solo el amor nos salvará (Segunda parte)

Capitulo 397

Narra Gaby

Tras despedirnos de las chicas salimos de casa cogidos de la mano. Malú ha insistido en que, si ya le ha contado la noticia a su madre, mis progenitores también merecen saberlo, por lo que hemos quedado en ir a cenar con ellos. Le mencioné a mi chica que seria justo hacerle saber también a Pepe, pero se ha negado rotunda y prefiero no insistir. Esperare algunos días hasta sentirla algo más receptiva con la idea.

- Lo guapo que vas.

La miro con una ceja enarcada. Solo he tenido tiempo de ducharme con prisa y vestirme con lo primero que he encontrado.

+ Si, está camiseta blanca me hace súper sexy.

- No te rías, que no te haces una idea de las ganas que tengo de arrancártela aquí mismo.

+ Jaja.

Carcajeo con ganas.

+ Estas loca.

- Puede, pero no sabes como me pone ese look.

+ Calma fiera, que mis padres nos esperan.

- Guarda energía para cuando regresemos a casa.

+ Si mi capitán.

Hago el típico gesto de acatar órdenes colocando mi

mano en la frente.

El camino lo hacemos entre risas de todo y de nada. Sin apartar la vista de la carretera, por el rabillo del ojo la veo bailar en su asiento al compás de la música que vamos escuchando. Adoro cuando esta así de animada.

- ¿Cómo te apetece contarles?

+ Pues no sé, nunca he sido muy original para estas cosas. ¿Qué estás embarazada y ya?

- Vale. He traído la copia de la ecografía. Les hará ilusión verla.

...

...

S: ¡Enhorabuena chicos!

E: Que alegría nos dais.

Ambos nos abrazan eufóricos. Les he soltado la bomba en medio de la cena.

S: Esto habrá que celebrarlo, voy a por unas copas y brindamos.

E: ¿Cómo te encuentras?

- Súper feliz.

Sonríe. Yo también lo hago y nos miramos llenos de complicidad.

E: Ahora entiendo a que se debe tanta insistencia en vernos hoy.

+ ¿Acaso preferías que me esperase para contaros?

E: Claro que no.

+ Es culpa de esta pesada.

Beso su mejilla.

+ Que le ha dicho a su madre hoy y se ha empeñado en que también os cuente a vosotros.

E: Gracias, Malú.

S: Venga, aquí ya está el vino.

Nos tiende tres copas y a la futura mamá le sirve más Coca Cola. Es lo que ha estado tomando.

S: ¿Cómo lo llevas, hija?

- Bien. Tengo muchas náuseas, especialmente por las mañanas, pero merece la pena.

S: Claro que sí.

E: Ahora me hace sentido lo que te ha ocurrido en Barcelona.

- Sí, bueno, se me juntaron los vomitos con el dolor de cabeza por la deshidratación y acabé desvaneciéndome, pero no suelo estar así de mal.

+ No lo sabe nadie, ¿eh?, solo Pepi y vosotros.

Les comento buscando su discreción. Sé que nos guardarán el secreto, pero no he querido correr el riesgo de faltar a la aclaración.

E: Quedaros tranquilos.

Simula cerrar una cremallera invisible en sus labios.

- ¿Nos vamos ya?

Pregunta bajito en mi oído. Papá ha bostezado y aunque hemos pasado una velada tan distendida como divertida junto a ellos, va siendo hora de que nos marchemos todos a la cama. Es tarde y mañana se curra.

+ Sí.