Capitulo 214

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Narra Malú

Algo menos de una hora después escucho a Gaby volver a casa con las nenas. Soy gilipollas. Le he hablado fatal cuando el únicamente intenta apoyarme, pero es que joder, este tema me puede, lo pase tan mal aquellos meses, que cada vez que me acuerdo de ellos se me encoge el corazón y no se como reaccionar.

+ Ten.

Deja una bolsa de la farmacia sobre la isla de la cocina. He venido a hacerme una tila, desde que se fue con las chicas sin decirme a donde no he parado de llorar. Danka le ladra, como si estuviera culpándole por ser ella la que ha tenido que acompañarme en mi dolor mientras estuve encerrada en el estudio.

+ ¿Qué pasa, Danka?

Otro ladrido. Resopla. Va a irse otra vez.

- Espera.

Le pido bajito.

- ¿Qué es esto?

+ La píldora.

Me mira con algo de decepción y hace el amago de seguir su camino, pero soy más rápida y cierro la puerta, quedándome delante de esta.

- No quiero tomarla.

Su cara es un poema.

- Lo he pensado. No es un buen momento y no quisiera que pasara, pero si me quedo embarazada será recibido con todo el amor que merece, ¿no?

Definitivamente no sería idóneo pensar ahora en un bebé, pero deseo tanto ser madre que si pasa le recibiré con alegría, no podría pensar en que le estoy quitando la oportunidad a mi hijo de formarse.

Creo que le he dejado pasmado, no me quita los ojos de encima, aunque tampoco dice nada.

- ¿Qué ya no quieres?

Pregunto con un nudo en la garganta.

+ ¿Un bebé? Claro que lo quiero. Lo que no quiero es que me culpes el resto de mi vida por no enterarme del aborto, cuando has sido tu misma la que me lo ha ocultado.

Me dice lleno de rabia.

+ Que me calientes con intención de follar en cualquier sitio y luego seas una borde porque no hemos usado protección, como si a mí sólo se me hubiera ido la olla.

Si que se ha enfadado. A medida que le escucho me voy haciendo pequeñita.

+ No quiero que cada vez que pienses en un embarazo creas que solo tú has sufrido por perderle, que me haya hecho el fuerte para apoyarte a ti no quiere decir que no sufrí yo también, en silencio.

Su voz suena quebrada.

+ No, Malú, nada de eso es lo quiero.

Asiento cerrando los ojos mientras dejo que algunas lágrimas recorran mis mejillas. Me aparto dispuesta a dejarle salir. Si lo que pretendía era herirme, lo ha conseguido.

Solo el amor nos salvará (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora