Capitulo 266

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+ ¿Folla bien?

Pregunta irónico. He subido a la habitación y solamente cruzamos miradas mientras buscaba mi pijama.

- Estupendo.

Respondo con un cabreo monumental y entro al baño a cambiarme.

- Y por cierto, si buscas a una virgen, te recomiendo a una que sea algo menor que Alba.

Me asomo desde la puerta.

+ Entre una virgen y una que se folla a su mejor amigo, hay una gran diferencia.

- ¿Qué es lo que te pone tan loco? ¿Qué me acosté con Melendi o que sea un tío genial y siga siendo mi mejor amigo?

+ Nada me pone loco, eres libre de hacer lo que te apetezca.

- A ver si te lo recuerdas a ti mismo, que creo que se te olvida muy seguido... Y como sigas así...

Le digo con retintín.

+ Y creo que a ti se te olvida que en una discusión lo que se busca no es lastimar al otro, que somos imperfectos, pero nos queremos, que me jode que te hayas follado a tu mejor amigo y que sea un tío genial...

Cita mis propias palabras.

+ Porque me da miedo que te vayas con el, y sí... estoy celoso.

Admite.

+ Creí que todos los tíos con los que estuviste eran unos idiotas, solo eso podría explicar que te hayan dejado ir, pero veo que me equivoco, Melendi no parece ningún idiota.

Joder, de repente todo este enfado se convierte en unas ganas locas de llorar. Nos queremos, sí, después de aquel argumento dejé de escuchar todo lo demás. No quiero hacernos daño.

- Gaby.

Le digo en un susurro. El nudo que se ha formado en mi garganta no me permite elevar la voz.

- Me conociste a los 36, no a los 16.

Le explico lo más calmada que puedo.

- Tengo un pasado, algunos fueron gilipollas, otros no tanto, me lastimaron mucho... mucho.

Reconozco.

- Y también me lo pase bien.

No puedo negarlo.

- Pero mi pasado es eso, pasado, Melendi es parte de él. Tu eres mi presente y quiero que solamente tú seas mi futuro.

Me acerco un poco a al único dueño de mi corazón, sin llegar a tocarlo, en una búsqueda de acortar la distancia emocional que hemos creado entre nosotros.

+ Lo siento.

Me mira avergonzado y cogiendo mi mano me empuja hacia su cuerpo.

- No puedo llegar a entender como un hombre podría ser tan imbécil como para no hacer lo que fuera para hacerte feliz.

+ No todos son como tú.

Le digo mimosa.

- Y con Melen nunca fuimos más que amigos. Tuvimos una época en que ambos estábamos solos, nos sentíamos bien juntos y pasaron cosas. No hubo que dejar nada, nunca fuimos nada.

Le cuento, no quiero que le queden dudas.

+ Perdóname.

Asiento y me pongo de puntillas para besarle.

+ Nunca antes fui celoso.

Me mira a los ojos, como un niño que reconoce sus trastadas delante de su madre.

+ Contigo no puedo evitarlo, y no lo mereces.

- Yo siempre he sido celosa.

Le cuento.

- Y tú eres el único que ha sabido darme la tranquilidad de que me quieres a mi, y no a otra.

+ Te quiero a ti, a ninguna otra, para siempre.

- Yo si que te quiero a ti y a ningún otro, para siempre.

Prometemos.

- Pero necesito que tengas esa calma que tú me das, que dejes de celarme.

Le pido.

- ¿Por qué no me dijiste lo de Miguel?

Solo el amor nos salvará (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora