Capitulo 211

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- No te entiendo Alba.

Titubeo.

- Sé que no soy tu mamá, no te he castigado ni he hecho nada para pretender serlo. Solo quise darte apoyo en esta situación tan fea que habéis vivido, y hacerte entender que tu padre tenía sus razones para no dejarte ir.

A: Necesito que lo seas.

Llora avergonzada.

A: Quiero que seas mi mamá, te necesito, Malú.

Vuelvo a abrazarla, atónita y emocionada hasta las lágrimas.

A: En casa de Andrea todas hablaban de cómo iban a contárselo a sus madres, de que ellas siempre las contienen.

Se quita para mirarme limpiando sus lágrimas, en vano, ya que sus ojos siguen derramándolas sin tregua.

A: ¡Joder, quiero ser una chica normal, que tiene mamá y papá! No la pobrecita a la que rechazaron al nacer.

Sus palabras rompen mi alma en cachitos, jamas he podido entender como una madre es capaz de desprenderse así de su propia hija.

A: Yo sé que tengo al mejor papá del mundo, pero es hombre y hay cosas que nunca va a entender, y a mí tú me das esa contención de la que las chicas hablaban.

Me mira con la necesidad de sentirse protegida.

A: Nadie más me ha demostrado que me quiere tanto como tú, solo papá, todas mis cosas te las cuento a ti y haces conmigo lo mismo que hacen las mamás de mis amigas por ellas.

- Cielo...

Hago una pausa, el nudo que tengo en la garganta no me permite hablar.

- No tuve la suerte de llevarte 9 meses en mi vientre.

Esta vez soy yo la que tiene que arrastrar las lágrimas que dejan un húmedo camino por mis mejillas.

- Ni de cambiarte los pañales, ni de escuchar tus primeras palabras, ni de darte seguridad cuando dabas tus primeros pasitos.

Sonríe amargamente.

- No fui yo la que se quedaba contigo las noches que probablemente te asustaba la tormenta, tampoco la que te llevaba al médico cuando te ponías mala, ni estuve contigo para explicarte como funciona tu cuerpo la primera vez que te bajó la regla.

Vuelvo a hacer una pausa para calmarme.

- Pero te juro que te adoro como si hubiese hecho cada una de aquellas cosas.

La miro a los ojos, totalmente empañados.

- Haría todo por ti, como también por tus hermanas, porque sois lo más bonito que tengo en mi vida, vosotras y vuestro padre.

Prometo.

- Me hacéis sentir mamá aunque no os he parido y estoy orgullosa de vosotras como si lo hubiese hecho. Nos abrazamos con fuerza. Creo que ambas lo necesitamos.

A: Gracias, mamá.

Susurra de manera casi inaudible.

A: ¿Puedo llamarte así?

Pregunta al darse cuenta que la he oído, no he podido evitar abrazarla con más fuerza.

- Puedes llamarme como te sientas cómoda.

Acierto a decir.

+ Buenos días.

Gaby interrumpe nuestro momento, aupando a Lucia que pide su biberón.

+ ¿Qué ocurre? ¿por qué lloráis? ¿Tu no dormías en casa de Sandra?

Pregunta a su hija.

- Sube a descansar.

Le digo a la chica. Dejo un beso en la mejilla de Gaby y cojo a la más pequeñita que estira sus brazos hacia mí.

+ ¿Cuándo has llegado? ¿Qué esta pasando aquí?

- Ya te cuento yo.

Guiño discretamente un ojo a Alba dándole tranquilidad.

- Tu sube, que dentro de un rato pondremos el árbol y no querrás perdértelo, ¿No?

Igual prefiere dormir por largas horas.

A: No. Despertadme.

Pide.

- Ala, aprovecha ahora que Cami no aguantará mucho más.

Le digo. Sus pasos subiendo las escaleras pueden ser oídos. Sonrío dejando a Lu en el suelo, no tarda en coger el bibi que le tiende su padre e irse al sofá junto a su hermana. Yo solo puedo abrazar a Gaby, creo que el corazón se me va a salir del pecho.

Solo el amor nos salvará (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora