Capítulo 15. Envenenado.

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Contrariada por la actitud de Draco, Calie pasó varios días reflexionando sobre qué podía hacer para que él hablara con ella sin hostigarlo.

Y es que todo era demasiado confuso para ella. No era que Draco la negara o la ignorara, el rubio se mostraba cerca de ella durante las clases y comidas, tomándola de la mano y dándole cariño, pero a pesar de eso, él no estaba presente.

Por las noches iba hacia la Sala de Menesteres, eso era normal, lo que no terminaba de convencer a Calie era que insistía en ir solo.

Algunas veces en las que el insomnio la atacaba, alcanzaba a recibirlo cuando llegaba a la habitación un par de horas antes de que el despertador les indicara que era hora de levantarse para ir a las clases.

— ¿Qué haces despierta?— preguntó Draco sin mirarla mientras se quitaba la ropa.

— No puedo dormir... y pensé que leyendo me daría un poco de sueño— respondió la castaña cerrando el libro que sostenía en sus rodillas.

Draco se limitó a responder con un "mhm" asintiendo con la cabeza y se dejó caer sobre la cama, metiéndose entre las sábanas. Calie dejó el libro sobre la mesa y apagó la única vela que tenía encendida.

— ¿Cómo vas con el armario?— preguntó en un susurro.

— No quiero hablar de eso, Calie, tengo menos de dos horas para dormir— dijo en un tono de voz que resultó más tosco de lo que esperaba.

Ella no respondió. Quería salir de la habitación y correr con Theodore para hablar y desahogarse, pero se quedó y solo se dio la vuelta para darle la espalda.

No quería mirarlo y eso la hacía sentir culpable, pero estaba muy molesta y cansada de que no hablara con ella. ¿Estaba mal? ¿Estaba exagerando? ¡Claro que no! sus sentimientos no eran una exageración y tenía todo el derecho de sentirse de ese modo, ¿o no?

Draco, al sentir el peso de sus palabras, se dio la vuelta con la esperanza de que Caliope se girara para mirarlo y así poder disculparse con ella, pero no sucedió. Así que decidió volver a su posición inicial: boca arriba con su antebrazo derecho cubriendo sus ojos.

Unas horas después, el rubio despertó algo incómodo al dormir en una sola posición y al revisar el reloj, se dio cuenta de que ya pasaban las tres de la tarde, lo que significaba que se había perdido el desayuno, el almuerzo y todas las clases que tenían ese día.

Se sentó en filo de la cama para estirarse y al girarse, se encontró con un plato de comida, un vaso de jugo de calabaza y un par de manzanas verdes, todo junto a una pequeña nota que decía:

"No quise despertarte, ya resolví con Snape tus faltas de hoy, así que no te preocupes por eso.

Por favor, come algo antes de volver a irte.

— C:"

Draco no pudo evitar sonreír al ver la forma en la que su chica firmaba las notas, insistiendo en que era obvio que se trataba de una carita feliz.

La culpa no tardó en aparecer, haciéndolo sentir un enorme vacío en el pecho. Sabía que estaba siendo un completo patán con ella y con todos sus amigos, pero la presión lo estaba consumiendo... Marzo estaba cerca de llegar a su fin y tenía solo un par de meses más para cumplir con la misión.

Lo que lo llevó a recurrir a otra desesperada forma de lograr su cometido.

...

Mientras tanto, Calie había decidido pasar el resto del día leyendo afuera. Al ver que ya estaba oscureciendo, recogió sus libros y se dirigió de nuevo al castillo.

𝓔𝓼𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪 𝓭𝓮 𝓵𝓪 𝓛𝓾𝓷𝓪 (𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora