Capítulo 22. A Weasley Vamos a Coronar.

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Al acercarse el día del primer partido de quidditch de la temporada, Slytherin contra Gryffindor, las reuniones quedaron suspendidas porque Draco se empeñó en hacer entrenamientos casi diarios. Los de Gryffindor hacían casi lo mismo, ya que hace dos cursos que no lograban conseguir celebrar la Copa de Quidditch, el inminente encuentro había producido grandes expectativas y emoción.

Snape, por su parte, defendía los intereses de su equipo. Les había reservado el campo tantas veces para los entrenamientos que los de Gryffindor tenían dificultades para utilizarlo.

— ¡Draco, estoy agotada!— exclamó Calie llegando en su escoba— Creo que deberíamos dar por terminado el entrenamiento de hoy.

— ¡Nada de eso, preciosa!— dijo con una sonrisa— No podemos permitirnos descansar ahora. Necesitamos practicar más si queremos vencer a esos presumidos de Gryffindor en el próximo partido.

Calie rodó los ojos y acomodó su cabello— ¡Llevamos casi tres horas aquí!— gritó.

— Si queremos mantener el prestigio de Slytherin, tenemos que ser los mejores— contestó mirando con atención al campo y luego giró hacia ella—. Ahora, ¡vamos de nuevo! Unas vueltas más y perfeccionaremos esos movimientos.

Calie soltó un gran suspiro y volvió a su posición, luego de otra media hora y atrapar la Snitch dorada en tiempo récord, Draco aún seguía gritándoles a los demás jugadores.

"Necesito descansar" pensó. Estaba realmente cansada, luego de unos minutos, sintió como todo a su alrededor comenzó a moverse, su estómago se revolvió y decidió descender lo más rápido que pudo al terreno del campo. Cuando tocó el suelo, bajó de su escoba y empezó a correr hacia los vestidores. Theo que estaba en las gradas la miró y rápidamente bajó para alcanzarla.

Draco notó la ausencia de Calie y a lo lejos alcanzó a verla correr, seguida por Theo— ¡La práctica terminó! ¡Váyanse!— gritó, y aún en su escoba, se dirigió hacia donde iban Calie y Theo.

Al llegar a los vestidores, Calie no pudo esperar y abrió uno de los baños para comenzar a vomitar, se sentía muy débil.

— ¡Calie!— la llamó Theo entrando al lugar, cuando la encontró de rodillas frente al inodoro, se acercó a ella y tomó su cabello para evitar que se manchara—. ¿Qué rayos pasó?

— Nada estoy bi...— no pudo terminar de responder ya que había comenzado a vomitar de nuevo. Cuando terminó, tomó aire, tratando de relajarse.

— ¡CALIE, NOTT!— grito Draco entrando al lugar, muy preocupado.

— ¡Aquí estamos, Malfoy, tranquilo!— respondió Theo.

Draco avanzó hasta los baños y entró al pequeño lugar—. ¿Qué pasa? ¡Vámonos a enfermería!— dijo.

En ese momento, Blaise y Pansy entraron al lugar.

— Wow, wow— soltó Blaise al escuchar a Calie vomitar.

— ¿Probaste una de las porquerías de los Weasley?— preguntó Pansy con una mueca.

Calie solamente negó con la cabeza, cuando se sintió más relajada, comenzó a ponerse de pie con ayuda de Theo y Draco. Avanzaron hasta los lavabos, para que pudiera enjuagarse la boca y lavarse la cara.

— Estoy bien— dijo secándose la cara con una toalla.

— ¡¿Bien?! ¡Solo te faltó vomitar un riñón!— exclamó Theo.

La cara de Pansy cambió drásticamente, miró a Draco con los ojos bien abiertos y luego a Calie— ¿No estás embarazada, verdad?— preguntó.

— ¿Qué?— dijo Calie confundida.

𝓔𝓼𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪 𝓭𝓮 𝓵𝓪 𝓛𝓾𝓷𝓪 (𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora