Caliope Avery, una brillante estudiante de Durmstrang, ve su mundo transformado al ingresar a Hogwarts. Su vida da un giro cuando tiene su primer encuentro con Harry Potter.
Entre secretos familiares ocultos, peligros y misterios revelados, Caliope...
Cuando llegaron al castillo, Calie avanzó directamente al gran comedor sin notar todo el alboroto que había en el patio. Se dirigió a la mesa de Slytherin, sacó un libro de Transfiguración y así decidió ignorar al resto de alumnos que ingresaban al comedor. Luego de unos minutos, el lugar estaba casi lleno de estudiantes, y a la mesa se unieron Theo, Blaise y Pansy.
— Calie, te perdiste el show allá afuera— le dijo Blaise tratando de llamar su atención.
— ¿show?— preguntó Calie aún con la mirada en el libro.
— Olvídalo, tal vez Dumbledore lo comenté durante la cena— dijo Theo lanzando una mirada hacia Blaise para que ya no dijera nada más.
Caliope siguió ignorando a todos a su alrededor, y Draco, que estaba a unos lugares lejos de ella, la miraba de reojo, notando la notable molestia en su expresión. Calie no levantó la mirada en ningún momento, sumergida en su libro, hasta que el director Dumbledore dijo algo que finalmente llamó su atención.
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— Quisiera informarles algo— dijo Dumbledore.
El murmullo en el comedor se desvaneció cuando las palabras del director resonaron en el gran salón. Draco, intrigado por la reacción de Calie, se preguntaba qué podría decir Dumbledore para romper la barrera que ella había construido a su alrededor.
— Este castillo no solo será su hogar este año, sino también el de varios invitados especiales, ya que Hogwarts ha sido elegido... — explicaba Dumbledore antes de ser interrumpido por el celador Filtch. — Como decía, el colegio ha sido elegido como la sede de un legendario evento, el Torneo de los Tres Magos.
En el salón se escucharon murmullos de todos los alumnos, pero Calie ignoraba las conversaciones a su alrededor y mantenía la vista fija en el director.
— Para aquellos que no lo sepan, el Torneo de los Tres Magos reúne a tres escuelas para una serie de pruebas mágicas, y de cada escuela se selecciona un estudiante para competir — seguía explicando Dumbledore, y todos lo observaban intrigados. — Y que quede claro, si son elegidos, estarán solos — advirtió — y créanme cuando digo que este torneo no es para asustadizos.
— No es para alguien como Malfoy — dijo en voz baja Blaise hacia Caliope.
La castaña soltó una pequeña risa y giró levemente para mirar a Draco. Él, como siempre, ya la estaba mirando, y ella solo le lanzó una sonrisa burlona antes de volver a girarse hacia adelante.
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