Capítulo 31. ¿Fuga Masiva? ⚠️🔞

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Debían ser aproximadamente las cuatro de la madrugada. Calie abrió los ojos y se encontró con el rostro de Draco, ella sonrió y levantó su brazo izquierdo con la intención de acariciarlo, sin embargo, algo más llamó su atención haciendo que sintiera un vacío en el estómago. Un grito ahogado escapó de sus labios mientras se aferraba al brazo, como si pudiera arrancar la marca con sus propias manos.

Con mucho cuidado, se quitó las cobijas de encima y salió de la cama. Se dio cuenta de que Theo estaba allí, durmiendo en el sillón. Busco su varita, la tomó y se encerró en el baño.

— No, no, no— repetía con rapidez al mirar la marca tenebrosa en su brazo.

Abrió el grifo del lavabo y metió su antebrazo, frotando fuertemente, esperando que se desvaneciera pero; no sucedió nada. Sus ojos se llenaron de lágrimas por la desesperación.

—No puede ser real— dijo entre lágrimas, mientras frotaba frenéticamente— No, no es real—. El dolor se intensificó con cada movimiento, pero Caliope no se detuvo. Sus manos temblaban, su respiración entrecortada— ¡No quiero ser parte de esto!— gritó, el sonido llenando el pequeño espacio, con un eco de su angustia y lucha interna.

Unas risas de maniaco comenzaron a resonar en su cabeza... Se sentía más feliz de lo que se había sentido en mucho tiempo... Había pasado algo maravilloso...

La marca le comenzó a arder con intensidad, sabía lo que significaba... Los estaba llamando.

Calie se enfrentó a su reflejo en el espejo, donde la marca brillaba con un oscuro resplandor. Sin pensarlo dos veces, en un estallido de ira y desesperación, levantó su puño y lo estrelló varias veces contra el espejo, haciendo que se rompiera en pedazos que se esparcieron por el suelo del baño.

— Este es mi maldito juego— dijo tomando uno de los cristales colocándolo sobre la marca, haciendo que cortara su piel.

— ¿Calie? ¡CALIE ABRE LA PUERTA!

Ella solo lograba escuchar aquella risa loca y estaba concentrada en su dolor al cortar su antebrazo soltando gritos en el proceso. El agua se tiñó de rojo.

Finalmente, exhausta y con lágrimas en sus mejillas, se detuvo. La marca seguía allí, pero ahora estaba rodeada de varias cortadas, enrojecida y lastimada.

Se dejó caer al suelo, abrazando sus rodillas entre los trozos de cristal, sintiendo que había perdido algo más que una batalla física esa noche.

En cuanto lo comprendió, tenía la vista fija en su antebrazo sangrando. Theo estaba inclinado enfrente de ella, muy preocupado. Y Draco llegaba detrás de él agarrando una pequeña toalla con la que envolvió el brazo de Calie para detener la hemorragia.

— ¡¿Qué pasó?! Calie, háblame por favor— dijo Draco.

— No... lo sé...— contestó entrecortadamente y finalmente elevó su mirada a ambos chicos—. Él está muy contento... Celebrando algo...

— ¿Te refieres al Señor Tenebroso?— preguntó Theo.

— Pasó algo bueno para él— murmuró Calie. Temblaba de pies a cabeza, y estaba muy mareada—. Algo que él deseaba...

— Ven, necesito curarte— dijo Draco y con ayuda de Theo, la levantaron del suelo.

La sentaron en la cama y Draco se apresuró a buscar entre sus cosas algo que detuviera el sangrado. Mientras Theo se aseguraba de que no quedara ningún trozo de cristal en la piel de Caliope.

Draco se acercó a ella, le quitó la toalla haciendo que sus cortes quedarán expuestos— Esto te puede arder, lo siento— dijo y vertió un líquido sobre el antebrazo.

𝓔𝓼𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪 𝓭𝓮 𝓵𝓪 𝓛𝓾𝓷𝓪 (𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora