Capítulo 36. Inicio del Duelo.

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Calie fue llevada a la enfermería por Dumbledore junto a Harry para que fueran atendidos. Pomfrey los recibió de inmediato, revisándolos cuidadosamente.

Luego de un tiempo, Harry se había retirado de la enfermería con Dumbledore, mientras ella se había quedado en el lugar sentada en una de las camillas, ya no tenía lágrimas por soltar, aunque quería, no podía llorar más.

No dejaba de pensar en todo lo que había perdido en una sola noche, se sentía terriblemente culpable por la muerte de Cedric y le dolía que quienes la cuidaron por 10 años ya no estarían más con ella.

Sin pensarlo, se puso de pie y aprovechó que el castillo aún estaba vacío para caminar hasta las mazmorras y entrar a su habitación. Al llegar, parecía que todo lo estaba haciendo en automático, se quitó los zapatos, se desvistió dejando el uniforme deportivo sucio en el suelo, luego se dirigió al baño y entró a la ducha.

Sintió que volvió a respirar al sentir el agua helada caer sobre ella, luego de unos minutos, salió de la ducha envolviéndose con una toalla para salir. Fue hacia su clóset, tomó lo primero que encontró para ponerse, se puso la ropa y luego se sentó en frente del tocador para cepillar su cabello.

Al ponerse de pie y girarse para ir a su cama, su pie tocó el conjunto deportivo que se había quitado, se agachó para tomarlo y llevarlo a la ropa sucia, antes de que pudiera avanzar más, escuchó como algo cayó al suelo, al mirar hacia abajo, sintió un pinchazo en el pecho, se trataba del collar que Cedric le había regalado, soltó lo que tenía en sus manos y se inclinó hacia el pequeño bolso para tomarlo. Cuando sacó el collar, y lo miró, finalmente, volvió a derrumbarse en lágrimas.

Se dejó caer al suelo, llorando, acercando el collar a su pecho.
— Perdóname, perdóname, debí ser más rápida— decía al aire.

En ese momento, Pansy entró a la habitación seguida por los chicos, todos estaban totalmente alarmados. La pelinegra se llevó la mano a su boca para llorar en silencio al ver a su mejor amiga en el suelo sufriendo.
Theo le dio una mirada a Draco para que se acercara a Calie y él obedeció.

Draco se arrodilló frente a ella, tomando su rostro entre sus manos para que lo mirara. Cuando sus miradas se encontraron, el pudo notar que esos ojos verdes que tanto amaba, habían perdido ese brillo que los caracterizaba.

— No te alejes de mi... por favor— suplicó Calie, entre lágrimas mirándolo a los ojos.

— No lo haré, no lo haré, ven aquí— respondió Draco envolviéndola en sus brazos.

Calie se aferró a él, luego de unos minutos, Draco la tomó entre sus brazos y la elevó para llevarla a la cama. Cuando ambos se sentaron,el rubio le lanzó una mirada a Theo para que se acercara, el rápidamente se lanzó hacia Calie abrazándola, unos segundos después, Draco se unió al abrazo y les indicó a Pansy y a Blaise que hicieran lo mismo.

Todos se unieron en un abrazo grupal, envolviendo a Calie, quien ante el contacto de sus amigos, cada vez lloraba menos, ellos eran todo lo que tenía. Así pasaron toda la noche, no se despegaron ni un minuto, decididos a demostrarle a su mejor amiga que la amaban y siempre estarían junto a ella.
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La mañana siguiente, Calie le escribió a su padre y a Sirius sobre lo que había ocurrido, le pidió a Theo que las enviara y espero su respuesta sin salir de su habitación.

Los días avanzaron y los chicos no se habían separado de su amiga, el cuarto día por la mañana, Snape mando a llamar a Calie para que regresara a la enfermería, los chicos la convencieron de ir y los cuatro la acompañaron. Al llegar, a sus amigos no les permitieron entrar, así que ella tuvo que hacerlo sola, dentro se reencontró con Harry, al verlo, fue directamente hacia él y lo abrazó.

— Debí protegerlo, Harry, pude haberlos salvado a los tres y no lo hice— dijo llorando en el hombro de Harry.

— Fue mi culpa, no debieron estar ahí, yo...— dijo el.

— No es tu culpa, te atacaron primero, no podías hacer nada, yo sí pude haberlo hecho, la culpable soy yo— replicó cubriendo su rostro con sus manos.

Harry bajó sus manos de su rostro y entrelazó una de sus manos con ella, la encaminó hacia la camilla y ahí ambos se sentaron, consolándose entre ellos.

Luego de ser nuevamente evaluados, Harry y Calie fueron llevados por la profesora MacGonagall al gran salón, ya que el director Dumbledore tenía un informe que dar a toda la escuela y a los colegios invitados.

Cuando entraron al lugar, todas las miradas se posaron en ellos, Calie se sentía abrumada, sentía que no podía respirar, caminaba con dificultad mientras apretaba sus manos con fuerza. Theo al notarla, se puso de pie y caminó hacia ella para tomarla de la mano, llevándola hacia los asientos donde estaban los demás.

— ¿Quieres estar aquí? Podemos irnos— dijo Draco en voz baja hacia Calie.

— Estoy bien— respondió ella, con una pequeña sonrisa que pareció forzada.

— Bien— dijo Draco, entrelazando su mano con la suya.

La voz de Dumbledore los hizo mirar hacia el frente, el director estaba sentado en su gran silla, se notaba realmente agobiado.

— Hoy... sentimos, una terrible pérdida, Cedric Diggory era, como saben, un trabajador inalcanzable, infinitamente honesto...— Comenzó Dumbledore mientras se ponía de pie para caminar hacia el podio. Calie solo miraba al frente sin ninguna expresión.—Y lo más importante, un fiel... fiel amigo, por tanto creo que tienen derecho a saber cómo murió.

La castaña al escuchar lo último, tragó saliva y agachó la cabeza, en eso, Theo tomó su otra mano apretándola.

— Sí... a Cedric Diggory lo mató, Lord Voldemort...— confesó Dumbledore, en el lugar, los murmullos no tardaron en escucharse—. El ministerio de magia no quería que se los dijera, pero él no hacerlo lo consideró un insulto a su memoria... El intenso dolor que sentimos ante esta pérdida, me recuerda, nos recuerda, que aunque venimos de diferentes lugares y hablamos diferentes lenguas, nuestros corazones laten como si fuera uno solo... Dados estos sucesos, los lazos de amistad que hemos formado este año serán más importantes que nunca.—

Cuando Dumbledore dijo eso, Theo y Draco abrazaron a Calie, haciendo que ella soltara lágrimas silenciosas.

— Recuerden esto, y Cedric Diggory no habrá muerto en vano... Recuerden esto, y honraremos a un chico que fue justo y honesto... Valiente y fiel, hasta el último momento...— terminó Dumbledore.

Al finalizar la ceremonia, los chicos llevaron a Calie a las afueras del castillo para que tomara aire fresco, mientras caminaban, trataban de animarla hablando de diversos temas y lo habían logrado, ya que la castaña incluso soltó algunas carcajadas con las ocurrencias de sus amigos.

𝓔𝓼𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪 𝓭𝓮 𝓵𝓪 𝓛𝓾𝓷𝓪 (𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora