Capítulo 26. Volviendo al 12 de Grimmauld Place.

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Calie sintió una fuerte sacudida en el estómago y el suelo desapareció bajo sus pies; Snape la sostenía con fuerza, ayudándola a mantenerse de pie hasta que... tocaron el suelo con los pies y a Calie, se le doblaron las rodillas, el profesor al notarlo la ayudó a reincorporarse. Harry y los demás que ya estaban en el lugar la miraban con preocupación.

— ¡Lupin!— gritó una voz, no lograba reconocerla, estaba demasiado aturdida—. ¡Ya está aquí!

— ¡¿Qué sucedió, Severus?!— exclamó una segunda voz.

Harry no había prestado atención, habían llegado a la lúgubre cocina del sótano en el número 12 de Grimmauld Place. Sirius corría hacia ellos con gesto de preocupación.

— ¿Qué ha pasado?— preguntó, tocando el hombro de Harry y luego su mirada se clavó en Calie, quien estaba en los brazos de Lupin en el suelo—. Phineas me ha dicho que Arthur está gravemente herido... pero no dijo nada de Caliope.

— Pregúnteselo a Harry— sugirió Fred.

— Sí, yo también quiero enterarme— dijo George.

Todos miraron a Harry fijamente.
— Ha sido...— empezó Harry; decírselo a ellos era aún peor que contárselo a Dumbledore—. Hemos tenido una... especie de... visión.

— ¿Hemos?— preguntó Sirius.

— Caliope vio lo mismo, sus compañeros me llamaron...— agregó Snape, con voz severa.

— ¡Todos a la sala principal!— ordenó Sirius, Harry y los Weasley subieron las escaleras—. ¿Esto que significa, Severus?— preguntó acercándose a ellos.

— No tengo idea— contestó Snape cortante— Debería estar en el hospital lo más pronto posible... pero no es seguro para ella que vaya...

— ¿Qué se supone que hagamos?— preguntó Lupin, asustado, aferrándose a Calie quien luchaba por mantener sus ojos abiertos mirando a su padre—. Está hirviendo— agregó al tocar su mejilla.

— Sea lo que sea, no debe dormir... por ahora... su mente es... vulnerable a el— contestó Snape, arrastrando las palabras y se puso de pie—. Manténganla despierta... — agregó y luego se desapareció del lugar.

Sirius ayudó a Lupin a ponerse de pie con Calie en sus brazos y subieron con los demás, para que Harry les explicara lo que había sucedido.

Cuando Harry terminó de explicar, Fred, George y Ginny se quedaron observándolo con atención un momento. Calie, aún en su debilidad, pudo distinguir un destello acusador en sus ojos. Si le iban a echar la culpa solo por haber presenciado el ataque, se alegraba de que Harry no les haya dicho que lo había visto desde el interior de la serpiente.

— Tenemos que ir a San Mungo— dijo Ginny con urgencia mirando a sus hermanos—. Sirius, ¿puedes darnos unas capas o algo?

— ¡Un momento!— dijo Sirius subiendo sus manos— ¡No pueden ir todavía a San Mungo!

— Claro que podemos ir a San Mungo si queremos— contradijo Fred con testarudez—. ¡Es nuestro padre!

Lupin al escucharlo, se molestó, sabía que su padre estaba herido pero, Arthur ya estaba siendo atendido mientras él intentaba mantener a su hija despierta, temiendo que si cerrara los ojos no los abriera de nuevo.

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𝓔𝓼𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪 𝓭𝓮 𝓵𝓪 𝓛𝓾𝓷𝓪 (𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora