Capítulo 12. Castigo con Dolores.

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Llegar al gran comedor no fue una experiencia agradable para Calie. La noticia de su enfrentamiento a gritos con la profesora Umbridge y su confesión de que es hija de un hombre lobo se había extendido a una velocidad increíble, incluso para lo que solía suceder en Hogwarts. Sin embargo, caminaba con la cabeza en alto hasta que llegó a su lugar en la mesa, como siempre, en medio de Draco y Theo.

— ¿Alguien te dijo algo en el camino?— preguntó Theo seriamente.

— No, nadie — contestó Calie frunciendo el ceño.

— ¿Qué te dijo Snape?— preguntó Draco, extendiéndole un plato con su carne ya cortada en trozos pequeños.

— Gracias, y nada realmente, recibió un pergamino de Umbridge contándole lo que sucedió— comentó tratando de sostener con firmeza sus cubiertos, pues sus manos le temblaban demasiado—. Tendré tres días de castigo en su oficina.

— ¡¿Tres días!?— exclamaron los cuatro al unísono.

— Sí, tres días.

— Hablaré con mi padre— dijo Draco molesto—. Haremos que te quite ese absurdo castigo...

— No es necesario, Draco— contestó mirándolo con ternura—. ¿Qué podría pasar? Un castigo por la tarde no puede ser tan malo.

— Al menos estarás libre para las pruebas de quidditch— dijo Theo.

— Oye Cal, Potter salió hace un momento del comedor, se veía muy molesto— comentó Pansy.

— Tiene sus razones, toda la escuela se está burlando de ambos— dijo Blaise.

— Es una estupidez, no entiendo porque dudan ahora de lo que pasó, el último día de clase parecían convencidos de lo que había dicho Dumbledore— dijo Theo.

— Lo que dicen en "El Profeta" es más importante Nott, Fudge solo pretende que Umbridge actúe como espía para el ministerio, tienen en la mira a Dumbledore— explicó Draco.

— ¿Cómo sabes eso?— preguntó Calie. Ella sabía que podía entrar en la mente de todos, sin embargo, optaba por confiar en lo que le decían sus amigos.

— Mi padre me lo comentó antes de venir, no importa ya, termina de cenar— contestó Draco.

Calie lo miró por unos segundos y luego bajó su mirada hacia su plato. Cuando la cena terminó, se puso de pie y se despidió de los chicos de Slytherin para dirigirse a la oficina de la profesora Umbridge.

Girando en el pasillo, se encontró con Harry, quien solo miraba la puerta de la oficina.

— Hola— saludó suavemente llegando a su lado.

— Hola Calie, lamento que te hayan castigado— contestó Harry en voz baja.

— Lo mejor es que entremos ya, entre más rápido, mejor, ¿qué crees que nos pueda poner de castigo?

— No tengo idea— contestó negando con la cabeza.

Harry llamó a la puerta, se miraron entre ellos intrigados, hasta que un «Pasen» se escuchó y abrió la puerta, dejando ver a la profesora sentada en su escritorio. Calie entró a la oficina detrás de Harry y observó con asco como todo era de color rosa, los muros estaban repletos de cuadros de gatos que ronroneaban.

— Buenas tardes, señor Potter, señorita Avery... Siéntense— dijo Umbridge señalando dos bancos frente que estaban a un lado de su estación.

Ambos en silencio obedecieron y se sentaron, visiblemente incómodos.

— Hoy escribirán unas líneas para mí— ordenó Umbridge sonriente.Calie se agachó para sacar sus cosas pero fue interrumpida por la profesora—. No necesitan nada, señorita Avery.

𝓔𝓼𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪 𝓭𝓮 𝓵𝓪 𝓛𝓾𝓷𝓪 (𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora