— ¿Cómo puedes permitir esa estupidez? — gritaba Calie cuando irrumpió en la habitación de los chicos.
Theo, Blaise y Draco se miraron entre ellos, sin entender a lo que se refería ni a quién le estaba reclamando.
— Te hice una pregunta, Malfoy — dijo la castaña, cruzando los brazos y mirando fijamente al rubio.
— ¿De qué está hablando? — preguntó Theo, empujando un poco a Draco, quien solo veía a la chica sin expresión alguna.
— El idiota hizo que sentenciaran a muerte al hipogrifo de Hagrid — gritó la castaña con enojo.
— ¿Qué? — soltó un confundido Blaise.
— Bueno, es lo mínimo que se merece por lo que me hizo — dijo Draco con una mueca de disgusto.
— ¿Lo que te hizo? ¿Porque no le dijiste a tu papi que tú lo provocaste?— decía la castaña mientras se acercaba rápidamente a él antes de ser detenida por Theo.— Malfoy, esto es demasiado injusto
— No tengo por qué darte explicaciones de lo que hago, Avery — gritó Draco —. Si te preocupa tanto, entonces ve a disfrutar el tiempo de vida que le quede a esa bestia insignificante.
— Eres un completo idiota — soltó molesta la castaña para darse la vuelta y salir, cerrando la puerta con fuerza.
Los días transcurrieron, y la distancia entre Calie y Draco era palpable. Theo y Blaise intentaban reconciliar las cosas entre ellos, pero sin éxito; cada intento desembocaba en una acalorada discusión entre el rubio y la castaña.
Caliope consumía sus días en la biblioteca, a veces en compañía de Theodore, otras veces en el salón de pociones con el profesor Snape, donde cada vez cultivaba más su talento en la materia. A pesar de la actitud de Draco, ella les rogaba a Theo y Blaise que no lo dejaran solo.
La brecha con el rubio la llevó a acercarse más a los chicos de Gryffindor. Aunque no podía afirmar que era amiga de ellos como de Harry, ya que Ron y Hermione no confiaban en ella al ser de Slytherin, aún con eso podía pasar el rato junto a los chicos sin problemas.
Durante la clase de adivinación, Calie estaba sentada al lado de Theo y Blaise mientras intentaban observar algo en la bola de cristal que tenían frente a ellos. Al levantar la vista, pudo presenciar el momento exacto en que Hermione, de repente, arrojó la bola de cristal que estaba en su mesa y, molesta, abandonó el salón. Al terminar la clase, se despidió de Theo y fue detrás de Harry y Ron.
— Chicos, ¿qué ocurrió? — preguntó al alcanzarlos en las escaleras.
— Hermione se volvió loca — contestó Ron —. Bueno, siempre ha estado demente, pero ahora todo el mundo se dio cuenta.
— Aguarden — dijo Harry agachándose a recoger la bola de cristal que estaba en el suelo —. Hay que devolverla.
— No volveré — dijo Ron frunciendo el ceño.
— Bien, adiós — contestó Harry, a lo que Ron se despidió con la mano para seguir bajando.
— Te acompaño — le dijo Calie mientras subían juntos de regreso al salón.
Después del extraño episodio con la profesora de Adivinación, Harry y Calie conversaron al respecto. Luego, cada uno se dirigió a su sala común. Al entrar, la castaña observó que Theo y Blaise estaban en los sillones charlando con Pansy, así que se acercó a ellos.
— ¡Hola, chicos! ¡Hola, Pans! —saludó Caliope al acercarse.
— ¿Dónde estabas? No apareciste en el comedor —comentó Theo, indicándole que se sentara en el reposabrazos a su lado.
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𝓔𝓼𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪 𝓭𝓮 𝓵𝓪 𝓛𝓾𝓷𝓪 (𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲)
FanfictionCaliope Avery, una brillante estudiante de Durmstrang, ve su mundo transformado al ingresar a Hogwarts. Su vida da un giro cuando tiene su primer encuentro con Harry Potter. Entre secretos familiares ocultos, peligros y misterios revelados, Caliope...