Capítulo 27. Navidad en el Cuartel.

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Cuando despertó, se levantó de golpe al notar la oscuridad; pasó sus manos sobre las velas de la habitación y estas se encendieron iluminando el lugar. Regreso al borde de la cama y buscó entre las cosas que Tonks le había llevado, encontrándose con una pijama limpia, y a continuación; comenzó a cambiarse... cuando terminaba de ponerse la camisa paró en seco al escuchar que alguien pasó rápidamente afuera de su habitación.

Movida por la curiosidad, decidió abrir la puerta y asomarse para ver de quién se trataba; logró ver como Harry bajaba con urgencia las escaleras. Calie salió de su habitación y cerró la puerta con cuidado detrás de ella, evitando hacer ruido para alcanzarlo y averiguar lo que ocurría.

Harry estuvo a punto de abrir la puerta principal del cuartel, hasta que una voz lo hizo dar la vuelta...

— ¿Qué haces? ¿Estás huyendo?— preguntó Calie en voz baja, acercándose a él.

— No, no huyó— respondió Harry con aspereza.

— ¿Entonces ibas a dar un paseo nocturno?— replicó con sarcasmo, cruzándose de brazos.

Harry soltó un suspiro y volvió a tomar el picaporte de la puerta, cuando una voz sarcástica dijo:
— Tenía entendido que para entrar en la casa de Gryffindor debías ser valiente— dijo Phineas Nigellus en su retrato, mientras se acariciaba la barba—. Me da la impresión de que habrías estado mejor en mi casa. Nosotros— dijo señalándose el mismo y a Calie—. los Slytherin, somos valientes, sí, pero no somos estúpidos. Sabemos lo que debemos hacer para salvarnos el pellejo.

— No es mi pellejo lo que intento salvar— contestó Harry irritado.

— Ah, ya entiendo— comentó Pihineas Niguellus—. Esto no es una huida, sino un acto noble— Harry rodó los ojos y miró a Calie quien seguía de pie cruzada de brazos, mirándolo con seriedad—. Por cierto, tengo un mensaje para ti de parte de Albus Dumbledore.

Harry volvió su mirada hacia el retrato—¿Qué mensaje?— preguntó.

— Quédate donde estás— respondió Phineas.

— ¡No me he movido!— exclamó Harry sin levantar la mano del picaporte. Calie rodó los ojos y agachó la cabeza al escucharlo—. Dime, ¿cuál es el mensaje?

— Acabó de dártelo, imbécil— soltó Phineas sin alterarse— Dumbledore me ordenó que te diga: «Quédate donde estás»

— ¿Por qué?— preguntó Harry con impaciencia, Calie se acercó a él y colocó una mano sobre su hombro derecho—. ¿Por qué quiere que me quede aquí? ¿Qué más te dijo?

— Nada más— respondió el mago arqueando una ceja.

— Gracias señor, Nigellus. Buenas noches— dijo Calie, tomando a Harry del brazo; obligándolo a subir de nuevo las escaleras.

Llegó hasta su habitación, hizo que Harry entrara primero y cerró la puerta detrás de ella.
— ¿Qué estabas pensando? ¿Por qué intentaste huir?— preguntó manteniendo la calma.

— Voldemort... intenta, poseerme— respondió Harry.

— ¿Qué?— replicó Calie incrédula—. ¿De dónde sacas eso?

— Escuché a Moody hablar con el señor Weasley... dijo que Voldemort podría entrar en mi interior y poseerme, Calie, en la visión... no vi la serpiente... yo era la serpiente, tiene sentido— explicó Harry, nervioso.

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𝓔𝓼𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪 𝓭𝓮 𝓵𝓪 𝓛𝓾𝓷𝓪 (𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora