Caliope Avery, una brillante estudiante de Durmstrang, ve su mundo transformado al ingresar a Hogwarts. Su vida da un giro cuando tiene su primer encuentro con Harry Potter.
Entre secretos familiares ocultos, peligros y misterios revelados, Caliope...
Ese día en la noche, se estaba celebrando el gran banquete de fin de ciclo. Mientras tanto, la casa de Slytherin, en gran medida gracias a los puntos y a su espectacular actuación en la copa de quidditch, había ganado la Copa de las casas. Por eso la fiesta de final de curso tuvo lugar en medio de ornamentos verdes y platas, y la mesa de las serpientes fue la más ruidosa de todas, ya que todo el mundo lo estaba celebrando.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Luego de la cena, en la sala común de Slytherin, Caliope y Draco compartían un momento tranquilo terminando de leer el libro de Astronomía. Entre las sombras danzantes de la chimenea, Calie rompió el silencio:
— Malfoy, hay algo que necesitamos discutir.— dijo cerrando el libro girando a verlo a los ojos.
Draco asintió, dispuesto a enfrentar cualquier verdad. Caliope narró sus experiencias, lo que había pasado aquella noche, trató de contarle todo, solo evitando el tema de que Remus era su verdadero padre, mientras Draco escuchaba atentamente.
— Fue un año intenso para ambos—comentó él, revelando sus propios dilemas.
A medida que las palabras se deslizaban entre ellos, una complicidad creció. En el instante en que sus miradas se encontraron, un susurro compartido los atrajo.
— Quizás haya algo más que podamos compartir— dijo Draco acercándose a la castaña. Caliope, con el corazón acelerado, asintió con una mirada cómplice.
Cuando sus labios se encontraron, Caliope se estremeció ante la dulzura del momento. Se incorporó suavemente, dejando que sus manos expresaran lo que las palabras no podían. Una caricia delicada recorrió el cabello de Draco, desencadenando una respuesta apasionada. Sus manos se encontraron en un abrazo tierno, fundiéndose en el beso que no solo cerraba un capítulo en Hogwarts, sino que marcaba quizá el comienzo de algo más en su relación.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Al día siguiente, todos tenían listo su equipaje; los alumnos, radiantes por regresar a casa, dejaban la sala común de Slytherin casi vacía. Caliope permanecía en su habitación, terminando de empacar, cuando Pansy entró.
— ¿Lista? Tenemos que irnos ya o nos dejará el tren.
— Estoy lista, vamos —contestó Calie, y ambas salieron de la habitación rumbo a las afueras del castillo. Mientras caminaban, Pansy agregó con un tono afectuoso:
