Capítulo 1. Mansión Avery.

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El verano parecía una tortura interna para Calie, no dejaba de atormentarse con lo sucedido en el curso anterior y estar sola en ese gran lugar solo alimentaba más esos pensamientos.

Tan solo el día después de llegar, había recibido a los abogados de los Avery, quienes le dieron la noticia de que toda la fortuna, incluyendo la gran mansión, ya estaba a su nombre, siendo la heredera. Cualquiera diría que eso te resolvería el resto de tu vida, pero para ella, era una especie de broma cruel.

Las primeras dos semanas la paso encerrada en su habitación, ni siquiera Lupin, quien la visitó en la segunda semana, pudo lograr que saliera, no estaba comiendo bien, se veía cansada, enferma y el dormir no era algo fácil para ella, ya que tenía pesadillas recurrentes con lo sucedido en el cementerio.

No fue hasta la mitad de la tercera semana, que se levantó de su cama y se miró en el espejo, siempre había cuidado su imagen, y verse de una manera tan descuidada la hizo romper en llanto.

Luego de tomar un baño, tomó la carta y meditó todas las palabras que Ronan le había dejado escritas, soltó un suspiro y decidió retomar su vida

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Luego de tomar un baño, tomó la carta y meditó todas las palabras que Ronan le había dejado escritas, soltó un suspiro y decidió retomar su vida.

Esta vez no había cursos extra esperando por ella el primer día de vacaciones, aún así, luego de esas semanas, decidió pasar la mayor parte del tiempo entrenando sus habilidades en defensa mágica y muggle, además de leer y leer todos los libros que podía de la biblioteca de Ronan.

Se encontraba en el salón que había adaptado para sus entrenamientos, cuando Adam entró con algo en sus manos.

— Tienes más correo, señorita— dijo elevando el montón de cartas en sus manos.

— Lo leeré más tarde, gracias, Adam— respondió con voz agitada, aun golpeando el gran saco que tenía frente a ella.

— Con estas ya son 3 que ignoras en la semana, no me parece que tus amigos merezcan eso— replicó Adam acercándose a ella, pero lo ignoró. Soltó un gran suspiro, haciendo que Calie parara y girara hacia el—. Suficiente entrenamiento por hoy, la cena estará lista pronto y tienes que responder esto.— entregándole las cartas.

— Bien, lo haré — dijo de mala gana, tomando las cartas—. Lo siento, Adam, lo siento— bajando la cabeza— Lo haré, te veo en la cena, gracias— dijo con una sonrisa, pasando a su lado.

Luego de la cena, Caliope se dirigió a su habitación para leer todo el correo que tenía pendiente de responder. Había permanecido en contacto con Draco, Theo, Pansy y Blaise, ellos le enviaban cartas casi cada dos o tres días, aunque ella respondiera solamente una vez a la semana. Por otro lado, el contacto con Lupin y Sirius era más constante, ya que esperaba las indicaciones que le habían comentado aquel día en el colegio, también se había comunicado un par de veces con Harry, aunque luego dejó de recibir respuesta de su parte.

Calie soltó una sonrisa en forma de mueca al leer todas las cartas de sus amigos, realmente los extrañaba, eran su familia. Respondió cada carta y a la mañana siguiente, se las entregó a los elfos de la mansión para que le hicieran el gran favor de entregarlas.

𝓔𝓼𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪 𝓭𝓮 𝓵𝓪 𝓛𝓾𝓷𝓪 (𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora