Capítulo 6. Reencuentro en King's Cross.

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El día primero de Septiembre, después del desayuno, la señora Weasley apresuraba a todos para salir a la estación. Calie que se había levantado muy temprano y ya se encontraba afuera junto a Lupin y Tonks, quienes la estaban ayudando con su equipaje, mientras ella cargaba con Nyx.

— ¡Vamos Potter, deprisa!— gritó Calie, al verlo salir de la casa.

— Si Harry, date prisa, no queremos que la pequeña Calie se moleste— dijo Fred apareciendo detrás de ella.

— ¡Ustedes también! Ya quiero llegar a la estación— dijo dándole unos golpes en el brazo a Fred.

— Tranquila, tus novios no deben haber llegado aún— dijo George, llegando mientras cargaba con su baúl.

— ¿Novios?— preguntó en voz alta Lupin, mirando a Calie con el ceño fruncido—. ¿De qué novios están hablando, Caliope?

— Ignóralos, papá, no saben lo que dicen, las apariciones están afectando sus cerebros— dijo Calie rápidamente.

— ¡Oye!— dijeron al unísono, mirándola ofendidos.

Harry riendo se acercó a Calie, colocando su brazo sobre sus hombros, alejándola de los gemelos.

Luego de unos minutos, iniciaron su camino hacia la estación, iban todos juntos, cosa que incomodaba un poco a Calie.

— ¿Es necesario toda esta guardia para ir a la estación?— preguntó hacia Lupin, quien caminaba al frente con Tonks a su lado.

— Es necesario, necesitan estar protegidos— contestó Lupin, girando levemente hacia ella.

Calie soltó un suspiro y siguió caminando, Harry llegó a su lado mientras avanzaban por el puente. En ese momento, un gran perro negro pasó en medio de ellos ladrando y jugueteando.

— Mira quien decidió salir, Harry— dijo Calie sonriendo.

— Creo que quiere hablar al fin, iré con él, nos vemos en el tren— contestó Harry, caminando más rápido.

— ¡Canuto! ¿Te has vuelto loco? Pones en riesgo toda la operación— gruñó Moody detrás de ellos.

Harry se adelantó siguiendo a Sirius en su transformación, Calie siguió caminando tranquilamente, hasta que unas voces la hicieron parar en seco haciendo que su corazón latiera rápidamente.

— ¡Calie! ¡Enana!— la llamaron al mismo tiempo.

Calie se acercó a la orilla del puente y abajo, en el andén, estaban Theo y Draco quienes la miraban con una sonrisa.

— ¡Vamos, deprisa!— gritó Theo, alzando sus manos en señal de que se acercara.

Draco vio algo diferente en ella, llevaba un suéter blanco y usaba una falda que le quedaba más corta que el año anterior, logrando notar que sus muslos habían engordado un poco más, cosa que lo dejó maravillado. Además de darse cuenta de como su cabello era más largo y se había oscurecido un tono más, llegando casi a ser negro.

Ella comenzó a correr y ellos hicieron lo mismo, logrando alcanzarla en las escaleras. Calie bajó a Nyx y saltó de los últimos dos escalones, ambos chicos la atraparon en sus brazos.

— ¡No saben cuánto los extrañé!— dijo en el abrazo.

— Nosotros a ti— respondió Theo, separándose del abrazo, mientras Draco seguía aferrado a ella.

Draco no podía hablar, sentía la necesidad de mantenerla junto a él, lograba percibir su delicioso aroma, ella pensaba lo mismo, así que no se separó de él.

— Quisiera abrazarte toda la vida— le dijo Draco en un susurro, haciendo que Calie sonriera.

Theo se aclaró la garganta, haciendo que se separaran del abrazo. Detrás de Calie se encontraba Lupin, quien le dio una mirada y una seña para que fuera con el.

— Ahora vuelvo, me cuidan a Nyx— dijo Calie rápidamente, girándose para ir con Lupin, quien la estaba esperando con su equipaje.

— Luego hablaremos de eso, señorita— dijo Lupin seriamente cuando Calie llegó con una sonrisa frente a él— Te veré en las vacaciones, cuídate mucho, envíame todas las noticias que tengas.

— Lo haré, papá, también cuídate mucho— contestó, dándole un abrazo.

— Me encargaré de él Caliope, no te preocupes— dijo Tonks alegremente llegando detrás de ellos.

— Gracias, Tonks, te extrañaré, nos vemos luego— dijo Calie, dándole un abrazo también a ella.

Luego de despedirse, Calie tomó su carrito para regresar con los chicos, juntos avanzaron hasta la barrera.

— ¿Llegaron juntos?— preguntó Calie, caminando empujando su carrito.

— Coincidimos— contestó Theo, dándole una mirada rápida a Draco.

— Está vez me toca a mí, Nott— dijo tomando la mano de Calie, para cruzar la barrera junto a ella.

Theo rodó los ojos, pero dejó que ellos cruzaran juntos.
— También podrías ayudarla con su carrito— dijo empujando con dificultad ambos carritos llenos de equipaje.

— Creo que tú lo haces mejor que yo— contestó Draco burlándose de su mejor amigo—. No seas llorón.

— ¡Pansy, Blaise!— gritó Calie, soltándose de Draco para correr hacia su mejor amiga.

— ¡Cal!— gritaron Pansy y Blaise al unísono—. Te extrañé mucho, te ves preciosa, mírate— dijo Pansy alegremente.

— Tienes razón, Parkinson— contestó Draco llegando detrás de Calie.

— Andando, faltan 15 minutos para que el tren salga, llevemos el equipaje— dijo Blaise abrazando a Calie por encima de sus hombros.

Estaban a punto de entrar a su vagón, cuando Calie giró su cabeza hacia su izquierda y logró mirar a Harry, quien parecía abrumado mirando hacia el fondo de la estación.

Ella quiso caminar para ir con el, pero Draco entrelazando su mano con la suya, la hizo girar hacia él y olvidarse de su idea de ir con Harry.

— ¿Lista?— preguntó Draco con una sonrisa.

— Lista— contestó ella riendo, subiendo al vagón.

𝓔𝓼𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪 𝓭𝓮 𝓵𝓪 𝓛𝓾𝓷𝓪 (𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora