Capítulo 41. Pelea y huida.

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Durante el desayuno, todos hablaban de lo que había ocurrido en la noche pero, la cosa era que, nadie recordaba haber visto Calie en el enfrentamiento, ni siquiera Draco o sus amigos.

— Pero vieron como rebotaban los hechizos en él, eso no es posible, ¿no?— dijo Blaise.

— Debe ser por su sangre de gigante, son resistentes a los maleficios— comentó Theo, mientras le servía más fruta a Calie en su plato—, ¿qué te pasa, enana? Estás muy callada.

— Hum, nada, solo... me duele un poco la cabeza— respondió encogiéndose de hombros.

— ¿Por qué no me lo dijiste? Anoche solo entregaste tu examen y te fuiste— replicó Draco, tocando su frente en búsqueda de fiebre.

— Solo estás estresada, Cal, gracias a Merlín hoy es el último examen— dijo Pansy, antes de darle una mordida a su pan tostado con mermelada.

— Sí, es eso— confirmó Calie asintiendo con la cabeza— estaba muy cansada, anoche...

— Sí te sigues sintiendo igual, dime y vamos a la enfermería, ¿okey?— indicó Draco acariciando su cabello.

— Okey— respondió con una leve sonrisa.

El último examen, el de Historia de la Magia, no tendría lugar hasta la tarde. A Calie le hubiera encantado volver a la cama luego de desayunar, pero contaba con toda la mañana para repasar un poco más, así que en lugar de ir a la habitación, decidió sentarse en una de las grandes ventanas que daban vista al lago negro en su sala común, con la cabeza entre las manos, mientras leía la montaña de apuntes que Theo le había dejado.
Sin poder evitarlo, dormitó unos minutos...

Repentinamente, se encontró en un lugar oscuro y siniestro, de pie, rodeada de personas enmascaradas y encapuchadas que la observan con interés.
— Caliope... has sido marcada por mí— dijo esa siseante y reconocida voz—... tu magia antigua es de un valor incalculable para mi causa. Únete a mí y te prometo poder y protección.

— ¿De qué me protegerás?— replicó la castaña sarcásticamente, sin inmutarse ante su mirada— ¿De ti?

Voldemort, sorprendido por la respuesta desafiante de Caliope, sonríe siniestramente— Eres valiente, sí que lo eres, Caliope... pero, la valentía no siempre es suficiente— contestó caminando hacia ella.

— No tengo nada que ver contigo, y no me interesa ser otro de tus juguetes, como todos ellos— sostuvo Calie, mirando a los mortífagos a su alrededor.

— Es una lástima, Caliope— dijo Voldemort, fingiendo tristeza—. Misericordia es algo que rara vez ofrezco dos veces...piénsalo bien, sé que eres inteligente y, pronto te darás cuenta... de que a nadie le interesas más que a mí...

La escena se desvaneció rápidamente, dejando a Caliope sudando fríamente en su lugar, con el corazón latiendo desbocado.

— ¿Qué pasa? ¿Te sientes mal?— preguntó Theo, muy preocupado— ¡Malfoy!— gritó.

— ¡No, Theo!— exclamó Calie, levantándose— Estoy bien, solo tuve una pesadilla... ¿qué hora es?

— Faltan quince minutos para las dos— respondió Draco, llegando rápidamente a tomarla del rostro— ¿Estás bien? Vamos a la enfermería.

— Vamos, podemos hablar con los examinadores...— propuso Theo.

— ¡Estoy bien!— exclamó molesta, haciendo que ambos chicos  retrocedieran un poco, sorprendidos. Calie de inmediato sintió culpa y bajó la mirada, respirando con dificultad— Lo siento, lo siento— repitió en voz baja.

𝓔𝓼𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪 𝓭𝓮 𝓵𝓪 𝓛𝓾𝓷𝓪 (𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora