Capítulo 20. Decreto #68.

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El fin de semana terminó y aún no encontraban el lugar correcto para poder realizar las clases de defensa. Calie y los chicos se encontraban en el comedor comiendo tranquilamente cuando Pansy y Blaise llegaron a la mesa.

— ¿Leyeron el nuevo decreto de Umbridge?— preguntó Pansy.

— ¿Otro?— preguntó Calie, dejando caer sus cubiertos.

— Sí, habla de que todas las organizaciones estudiantiles son canceladas, y que expulsará a quien no obedezca esa orden— explicó Blaise.

— ¿Cuando lo colocó en la pared?— preguntó Draco.

— Justo ahora— contestó Pansy.

Calie se puso de pie, seguida por Draco y Theo, salieron del comedor y leyeron el letrero mirando por encima de las cabezas de un grupo de afligidos alumnos de segundo.

— Esto no es una coincidencia— afirmó Calie, apretando los puños—. Umbridge lo sabe.

— No puede ser— replicó Draco de inmediato.

— ¿Cómo podría saberlo? Estuvimos totalmente alejados del castillo— dijo Theo.

— No tengo idea, debemos ser más cuidadosos, volvamos adentro, quiero terminar mi comida— dijo Calie, comenzando a caminar de regreso al comedor.

Volvieron al comedor y terminaron de comer ignorando el nuevo anuncio de Umbridge, no comprendieron el alcance del decreto hasta que salieron del gran comedor y se encaminaron hacia la clase de Historia de la Magia, Draco se separó de ellos un momento...

— ¡Calie!— llamó Harry al verla llegar al salón, caminando hacia ella.

— ¿Qué pasa?

— El decreto... ¿lo leíste?— preguntó.

— Sí, lo vimos antes de venir para acá, ¿seguirá en pie todo?— contestó en voz baja.

— Sí pero...— dijo Harry pero fue interrumpido.

— ¡Maldita sea!— se escuchó la voz de Draco entrando al salón notablemente molesto—. ¡Potter!

— ¿Qué te sucede, Malfoy?— preguntó Theo llegando frente a él para evitar una pelea.

— ¿Te das cuenta de que el quidditch está incluido en la prohibición?— comentó Draco llegando frente a ellos—. ¡Ahora tenemos que pedirle permiso para volver a formar los equipos!

— ¡¿Qué?!— exclamaron Calie y Harry incrédulos.

— ¡No puede ser!— dijo Blaise, atónito—. Maldito sapo rosa.

— Demonios, Angelina estará furiosa, debo hablar con Ron— dijo Harry y se dio la vuelta para buscar a su mejor amigo.

— ¿Quién te dijo eso?— preguntó Calie a Draco.

— Fui a buscarla a su oficina, quería confirmarlo yo mismo, cada vez la odio más— contestó Draco molesto.

— Tranquilo, hablaremos con Snape, lo resolveremos, no estoy dispuesta a perder el quidditch un año más— dijo Calie, tomándolo de la mano para que se sentara con ella.

Cuando la clase terminó, Calie fue directamente a la oficina de Snape. Al llegar, tocó la puerta y luego de unos segundos, esta se abrió permitiéndole entrar.

Snape, como era costumbre, estaba en su escritorio con la mirada sobre un montón de pergaminos, aún lado tenía también unos frascos etiquetados, que al parecer, eran trabajos de alumnos.

𝓔𝓼𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪 𝓭𝓮 𝓵𝓪 𝓛𝓾𝓷𝓪 (𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora