𝓔𝓼𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪 𝓭𝓮 𝓵𝓪 𝓛𝓾𝓷𝓪 (𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲)

Capítulo 30. Clases de Oclumancia.

Permanecieron abrazados por unos minutos, Calie seguía pensando en su dolor en el brazo.
— Draco— lo llamó en voz baja.

— ¿Sí?— preguntó separándose un poco de ella, sin soltarla de la cintura; para mirarla a los ojos.

Cuando sus miradas se encontraron; ella se preguntó si sería lo correcto contárselo. No era falta de confianza, más bien, no quería que él se preocupara por algo que ni ella misma lograba entender por completo. Luego de unos segundos; reaccionó al sentir la mano de Draco acariciar su mejilla y habló.
— ¿Te importaría si me ausento un poco?— dijo evitando el otro tema—. Recuerda que tengo que ir con Snape a las asesorías de Harry.

— Sí, lo recuerdo.— contestó alzando una ceja, apretando el agarre en la cintura de Calie—. Pero... sigo sin entender por qué tienes que ir con Potter, ¿no puede simplemente aprender de Snape?

— Sabes que son como perro y gato— dijo Calie, sonriendo un poco al notar los celos en él—. Snape me solicitó y, no puedo decirle que no.

— Es que pareces su niñera— replicó Draco, rodando los ojos.

— Draco— dijo con seriedad, ladeando su cabeza.

— Bien... Supongo que tienes que hacerlo, está bien. Pero prométeme que después de tus "asesorías" con Potter, tendrás tiempo para mí.— pidió. Calie sonrió y se acercó para besarlo—. Iré por ti, nada de que Potter te acompañara, ¿entendido?— agregó al separarse, quitándole su bolso para cargarlo el.

— Entendido, te estaré esperando— contestó con una sonrisa mientras se alejaba.

— ¡Je t'aime ma vie!— gritó Draco a mitad del pasillo.

Calie al escucharlo, sonrió y aún caminando, se giró hacia el— ¡Je t'aime aussi!— respondió en voz alta, logrando que Draco sonriera y se diera la vuelta para caminar a la sala común.

No tardó mucho en llegar a la oficina de Snape. Golpeó suavemente la puerta y a los segundos; la puerta se abrió. Al entrar, se llevó la sorpresa de que Snape aún no estaba allí, así que, decidió examinar un poco el lugar, mirando los montones de libros y pergaminos que el profesor Snape almacenaba.

A los minutos, la puerta se abrió de golpe, Snape entró caminando rápidamente sin poner atención; hasta que elevó la cabeza y paró en seco al mirar a Calie de pie dandole la espalda mientras ojeaba un libro.

— Dije que a las seis de la tarde, ¿qué hace aquí media hora antes?— preguntó Snape arrastrando las palabras, mientras se cruzaba de brazos.

— Necesito hablar con usted— respondió a secas.

— Y bien, ¿qué es lo que le preocupa, señorita?— dijo Snape, caminando hacia su escritorio lentamente sin apartar la mirada de ella.

— Esa noche— contestó dejando el libro en su lugar, para girarse hacia Snape—. Voldemort...

— Intentó lograr manipularte en tus sueños— interrumpió—. Es algo muy raro y... poderoso, muy difícil de conseguir y bastante... efectivo para aquellos de mentes débiles.

— Básicamente un Imperius— agregó Calie, a lo que Snape asintió con la cabeza.

— Sí.— dijo a secas—. Por eso tus síntomas al lograr expulsar el maleficio— comentó.

Calie respiró hondo antes de hablar y antes de que Snape lograra sentarse en su silla, habló— Colocó la marca— dijo en voz firme.

Snape se enderezó en su lugar— ¿Marca?— preguntó con la mirada fija en ella.