Capítulo 20. Visita de Madrugada.

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La primera prueba se acercaba, y Calie estaba con Harry de camino a la lechucería, ya que le había comentado que recibiría una carta de Sirius.

Al llegar, esperaron unos minutos hasta que una lechuza entró con una carta en el pico. Harry se acercó, le quitó el sobre, lo abrió y leyó:

"Harry,

No quise arriesgarme enviando a Hedwig; desde el Campeonato Mundial, el Ministerio ha interceptado a muchas lechuzas y a ella la reconocerían fácilmente. Necesitamos hablar en persona, Harry. Nos veremos en la sala común de Gryffindor a la una de la madrugada. Lleva a Calie contigo y asegúrense de estar solos.

— Sirius."

— ¿Por qué tengo que estar yo ahí? ¿Y tiene que ser siempre por la madrugada? — preguntó Calie frunciendo el ceño.

— No lo sé. Debemos estar listos para cualquier cosa. ¿Tienes la capa, cierto? — dijo Harry.

— Sí, la tengo. — respondió Calie.

— Bien, entonces ya conoces el camino. Te veré afuera de mi sala común 10 minutos antes de la una. — dijo Harry, a lo que Calie asintió de acuerdo.

Por la noche, Calie informó a Pansy que saldría en la madrugada para que no se preocupara.

A la hora acordada, se colocó la capa, salió de la habitación en silencio, bajó las escaleras rápidamente y se dirigió a la salida. Al llegar al cuadro de la Dama Gorda, encontró a Harry esperándola. Calie se quitó la capa, y juntos entraron a la sala común.

Permanecieron unos minutos sentados en el sillón frente a la chimenea hasta que Sirius los llamó; su voz nuevamente resonó desde el fuego.

— ¡Sirius! — exclamó Harry agachándose hacia el fuego, y Calie lo siguió.

— Hola Harry, hola Calie — saludó Sirius. — No tengo mucho tiempo, así que vayamos al grano. ¿Pusieron o no sus nombres en el cáliz?

— Claro que no, no lo hicimos — respondió Calie.

— Bueno, tenía que preguntarles. Remus está bien, Calie; lo tengo vigilado en estos momentos para que no te preocupes — le dijo Sirius.

— Gracias — respondió Calie con una sonrisa.

— Harry, ahora háblame sobre tu sueño. Mencionaste a Colagusano y a Voldemort, ¿pero quién era el otro hombre? — preguntó Sirius.

Calie, al escucharlo, miró a Harry con el ceño fruncido; no le había comentado nada sobre ese sueño.

— No lo sé — respondió Harry, mirando a Calie.

— ¿No dijeron su nombre? — preguntó Sirius, a lo que Harry negó con la cabeza y respondió: — No, Voldemort le pidió hacer algo. Algo importante.

— ¿Y qué quería? — le inquirió Sirius.

— Me quería... a mí — dijo Harry nervioso, y Calie se aterrorizó al escucharlo. — No sé por qué, pero planeaba utilizarlo para atraparme.

— Pero solo fue un mal sueño, ¿verdad? — interrumpió Calie, mirando a Sirius.

— Sí, es solo un sueño — le dijo Sirius, tratando de calmarla, y continuó: — Miren chicos, los mortífagos en el Campeonato Mundial y sus nombres en el cáliz no son coincidencias. Hogwarts ya no es segura.

— ¿Qué quieres decir? — preguntó Harry.

— Quiero decir que la maldad está rondando por el colegio. Igor Karkarov fue mortífago, y nadie, nadie deja de ser un mortífago. Y Barty Crouch, que tiene un corazón de piedra, envió a su propio hijo a Azkaban.

𝓔𝓼𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪 𝓭𝓮 𝓵𝓪 𝓛𝓾𝓷𝓪 (𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora