Después de dos semanas, Calie y Cedric seguían en mudo desencuentro, y el castillo estaba más cargado de tensión que el día de la selección.
Con el torneo revolucionando todo, las miradas de reojo no eran exclusivas de Calie; Harry se llevaba la peor parte, con sus propios amigos, incluso Ron, considerándolo un mentiroso. Hermione era la única excepción, pero sus intentos de reconciliación caían en saco roto. Ante este caos social, Calie optaba por pasar la mayor parte del tiempo con Harry entre clases y horas libres. En medio de la tormenta de desconfianza, solo podían confiar el uno en el otro para enfrentar la intrigante primera prueba que se avecinaba.
Por la tarde, Calie y sus amigos se dirigieron al gran comedor. La castaña, envuelta en silencio y distancia tras su ruptura con Cedric, encontraba en la comprensión de sus amigos un refugio sin juicios, permitiéndole el espacio necesario para recuperar la normalidad.
— ¿Hablaste con tu padre? — preguntó Theo, en un murmullo hacia Calie.
— Si, no recibió tan bien la noticia — contestó.
— ¿Y los Avery?— volvió a preguntar Theo.
— Les escribí, pero no he recibido respuesta...— dijo Calie, con voz apagada.
Antes de que Theo pronunciara una palabra más, su atención se desvió hacia la entrada del comedor; Calie, notando su gesto, giró en esa dirección. Un nudo se formó en su garganta al ver a Cedric ingresar junto a Cho Chang.
— Vaya idiota — soltó Draco, lanzándole una mirada.
— No importa — dijo Calie, enfocando su mirada en el plato y jugueteando con la comida.
— Debemos irnos, la clase de Snape comenzará pronto — indicó Blaise, interviniendo intencionalmente para evitar que Calie siguiera observando a Cedric con la chica.
— Tiene razón, vamos — respaldó Theo, dándole unos golpecitos en la espalda a Calie para que se pusiera de pie.
Todos se levantaron y abandonaron el comedor, encaminándose directamente al aula de pociones. Una vez dentro, Calie se sentó junto a Theo, buscando algún consuelo en la compañía de su amigo.
La clase arrancó, y Snape impartía instrucciones sobre los antídotos a preparar. De repente, golpearon la puerta de la mazmorra, atrayendo las miradas de todos. Se trataba de un chico de Gryffindor, aparentemente de segundo o tercer año según la estimación de Calie: Colin Creevey. Ingresó en el aula y se dirigió directamente hacia Snape.
— ¿Si?— preguntó Snape, escuetamente.
— Disculpe, señor. Tengo que llevar a Caliope Avery y Harry Potter arriba.
Snape giró su mirada hacia Calie y luego hacia Harry.
— La señorita Avery puede ir— dijo Snape—. Señorita, tome sus cosas y acompañe al joven.Calie comenzó a guardar todo en su bolso. Mientras todos la observaban. En eso, Colin rompió el silencio:
— Disculpe, señor ¿y Potter?— A Potter, aún le queda otra hora de Pociones— contestó con frialdad—. Subirá cuando la clase haya acabado.
Colin se ruborizó por la vergüenza.
— Señor... el señor Bagman quiere que vayan ambos — dijo muy nervioso—. Tienen que subir todos los campeones, creo que les harán unas fotos.— Muy bien— replicó Snape, con brusquedad—. ¡Potter tome sus cosas y salga de mi vista!
Harry se puso en pie de inmediato, lanzándose la mochila al hombro, y se encaminó rápidamente hacia la salida. Calie lo alcanzó a mitad del pasillo. Mientras cruzaban junto a los pupitres, notó con desagrado que algunos de la clase llevaban insignias que proclamaban "POTTER APESTA". Les dedicó una mirada severa y apoyó su mano en el hombro de Harry, instándolo a caminar más rápido.
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𝓔𝓼𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪 𝓭𝓮 𝓵𝓪 𝓛𝓾𝓷𝓪 (𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲)
FanfictionCaliope Avery, una brillante estudiante de Durmstrang, ve su mundo transformado al ingresar a Hogwarts. Su vida da un giro cuando tiene su primer encuentro con Harry Potter. Entre secretos familiares ocultos, peligros y misterios revelados, Caliope...