Capítulo 29. Segunda Prueba: El Lago Negro.

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Al día siguiente, Calie, llena de nervios, estaba en su habitación. Se colocó el traje de baño verde y, encima, se puso un pantalón suelto y una chaqueta con su apellido. Dejó su cabello suelto y bajó para reunirse con los demás.

Al descender las escaleras, se encontró con sus compañeros de casa que la aplaudían y gritaban emocionados por la próxima prueba. Avanzaba lentamente entre el gentío hasta que Draco apareció y la tomó de la mano para alejarla rápidamente. Ambos se dirigieron hacia Blaise y Pansy en la salida de la sala común.

— ¿Dónde está Theo? —preguntó Calie al notar la ausencia de su mejor amigo.

— No tengo idea, no lo he visto desde que salió de la habitación esta mañana—respondió Draco, buscándolo con la mirada.

— Seguramente se adelantó. Vámonos, es tarde —dijo Pansy, tomándola de la mano.

Los cuatro caminaban entre el gentío que se dirigía hacia el muelle del lago negro. Calie jugaba con sus manos mientras buscaba a Theo con la mirada.

 Calie jugaba con sus manos mientras buscaba a Theo con la mirada

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Mientras miraba a su alrededor, logró localizar a Harry.
— Los veo en los botes, tengo que ir con Harry y Neville —dijo Calie.

— Te veo allí, no tardes —le dijo Draco suavemente.

— No tardaré, busca a Theo, por favor, lo necesito —suplicó Calie nerviosamente y luego se alejó.

Corrió hacia donde Harry y Neville, al llegar, los chicos la saludaron y Neville discretamente les entregó unas algas en las manos.

— ¿Seguro que funciona? ¿Durante una hora?— preguntó Harry.

— Más o menos— respondió Neville.

— ¿No estás seguro?— preguntó Calie mirándolo con temor.

— Es que los herbolarios difieren de sus efectos en agua dulce y salada— explicó Neville nervioso.

— ¿Y nos lo dices ahora?— reprochó Harry.

— Solo quería ayudarlos— replicó Neville con tristeza.

— Gracias Neville, te veo allá, Harry— se despidió Calie, para acercarse a sus amigos.

Calie llegó al muelle, donde la esperaban para subir a uno de los botes. Mientras avanzaban, la castaña no dejaba de mirar el lago, respirando con dificultad. Draco percibió el ataque de ansiedad que la invadía y tomó su mano, forzándola a mirarlo.

— Creo que ya sé dónde está Theo —soltó Calie, mirándolo antes de girar nuevamente hacia el lago.

Draco comprendió de inmediato a lo que se refería y se acercó más para abrazarla sobre sus hombros. Al llegar al lugar, él la ayudó a subir y la acompañó hacia donde estarían los demás campeones, mientras la tensión en el aire aumentaba.

𝓔𝓼𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪 𝓭𝓮 𝓵𝓪 𝓛𝓾𝓷𝓪 (𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora