Capítulo 20. ¿Horrocruxes o Reliquias de la Muerte?

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- ¿Sigue afuera?

Draco se encontraba de pie frente a la ventana de la habitación que compartía con Caliope. Habían pasado dos días luego de que se enteraron de la muerte de Ted Tonks, y su prometida estaba más distante que nunca antes.

- Sí- respondió él, a secas, sin molestarse en girarse para mirar a su amigo.

Theo se adentró a la habitación y se quedó a su lado, abriendo más la cortina. Su mejor amiga se encontraba sentada en la orilla de la playa, abrazándose las rodillas, sin inmutarse por el agua helada que mojaba sus pies.
- Lo he intentado- susurró, finalmente-. Pero no logro más que me diga que está bien y que necesita espacio. No quiere hablar con nadie.

- Lo sé- reconoció Draco, sobándose la barbilla en un gesto distraído, sin quitarle la mirada a Caliope-. No deja de decir que está cansada.

- ¿Cansada de...?

- Todo- soltó un suspiro-. De esto. De todo el asunto de los horrocruxes, de él... carajo, en la...- bajó la cabeza, mientras negaba. Theo le colocó una mano en el hombro-. En la noche no dejaba de llorar. Le aterra volver a ver a Tonks a la cara. Se siente culpable.

- Tonks nunca la culparía por eso- replicó Theo.

- Claro que no. Pero ella no lo ve de esa forma, Nott.
«¿Cómo crees que reaccionarías si alguien te dijera que tuvo la oportunidad de salvarme la vida, pero simplemente se fue y me dejó a mí suerte? Pudo haber sido diferente, yo pude haber hecho la diferencia. Y él estaría vivo.» Las palabras de Caliope volvieron a su cabeza como un viento helado que le caló hasta los huesos.

- Ojalá estuvieran aquí- susurró Theo, antes de sentarse en la cama. Colocó los codos en las rodillas y entrelazó sus manos.

- ¿Qué sabes del duende y Ollivander?

El castaño elevó su cabeza y frunció el ceño.
- Siguen igual. La poción crece-huesos no trabaja de la misma forma en el cuerpo de un duende mágico que en el de nosotros y Ollivander sigue demasiado débil. Fleur le dijo a Luna que no cree que estén bien hasta dentro de unas semanas más- se enderezó y miró a Draco inquisitivamente-. ¿En qué estás pensando?

Draco lo miró por encima de su hombro y le dijo:
- Ve por el diario de Lupin- volvió a mirar hacia la ventana.
Cuando escucho que Theo se levantó y caminó hacia la puerta de la habitación, giró levemente y agregó:-. Y cuando vuelvas, trae a los demás contigo. A todos, menos a Calie.

Theo, que se había detenido justo en la puerta, solamente asintió con la cabeza y salió de la habitación.
Mientras tanto, Draco siguió mirando a su prometida, quien ahora estaba caminando(al parecer en círculos) con la mirada clavaba en un galeón con el que jugaba entre sus dedos.

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Al día siguiente muy temprano, Calie fue a la pequeña cocina y se acercó al fregadero bajo la ventana, que daba al mar.
El horizonte la aclaraba y el cielo iba teniéndose de tonos rosa y oro mientras ella se lavaba y recuperaba el hilo de las ideas que durante esos días le estaban dando vueltas en la cabeza.

A lo lejos se veía el pequeño jardín donde ahora yacía Dobby, y ahora nunca podría decirles quién lo había enviado al sótano de la mansión Malfoy. Harry le había dicho que había visto un ojo azul intenso que lo había mirado desde aquel fragmento de espejo, y que a partir de ahí había recibido ayuda.
«Hogwarts siempre ayudará al que lo pida» fue el argumento de Hermione. Pero ella no estaba de acuerdo con eso.

𝓔𝓼𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪 𝓭𝓮 𝓵𝓪 𝓛𝓾𝓷𝓪 (𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora