Capítulo 40. Regalo para Draco/TIMOS.

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— No soporto el dolor de cabeza— comentó Pansy cubriéndose la cara con sus manos.

El lunes había llegado, el día estaba templado y despejado, así que Calie los convenció de que salieran a repasar juntos a la orilla del lago. Esparcieron sus libros bajo la sombra de un gran árbol y se sentaron en la hierba.

 Esparcieron sus libros bajo la sombra de un gran árbol y se sentaron en la hierba

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— ¿No te hizo efecto la poción que hicimos?— preguntó Calie confundida.

— Ni siquiera la tomó, quiere hacerse la valiente— respondió Blaise rodando los ojos mientras le daba una botella de agua a Pansy.

— Tal vez tu cuerpo no está acostumbrado a estar feliz toda una noche, Parkinson— dijo Theo, quien estaba leyendo un libro de transformaciones avanzadas.

Calie rió por lo bajo y siguió concentrada en su lectura, hasta que unos golpecitos por parte de Draco la hicieron quitar su mirada del libro.

— Te están buscando— comentó Draco, señalando con la cabeza en dirección a Harry, Ron y Hermione, quienes estaban mirando indecisos hacia ellos—. Mejor ve o les diré que si quieren una pintura de nosotros, les durará más...

—Aquí vamos de nuevo...— dijo Calie arrugando un poco su nariz. Dejó el libro en la hierba y se levantó—, ahora vuelvo, no tardo.

Al ver que Calie caminaba hacia ellos, el trío de Gryffindor decidió sentarse sobre unas rocas a esperarla.
— ¿Y bien?— preguntó al llegar frente a ellos.

— No tuvimos la oportunidad de decirte que estuviste excelente en el partido— empezó Hermione amablemente.

La castaña se relajó un poco y se sentó junto a Harry, no sin antes mirar de reojo hacia Draco, quien obviamente, no le quitaba la mirada de encima.
— Gracias, Hermione— respondió sinceramente.

— Sí, ¿viste la cara de Chang cuando atrapaste la Snitch justo debajo de sus narices?— agregó Ron.

— No le puse mucha atención— replicó Calie encogiéndose de hombros.

— Se puso a llorar— dijo Harry ocultando una sonrisa. Calie frunció el entrecejo.

— Tiró la escoba cuando llegó al suelo, estaba llorando pero de la rabia...

— Chicos, no es necesario que me digan todo eso, ¿qué sucede?— interrumpió la castaña mirándolos con curiosidad.

— Es, para comentarle a Ron lo de Hagrid— repuso Hermione y extendió una mano hacia el hombro del pelirrojo.

— Ahhh— soltó Calie, rodando los ojos.

Los tres le contaron toda la historia en cinco minutos, y en ese tiempo la expresión de Ron era de absoluta incredulidad.
— ¿Trajo uno y lo escondió en el bosque?

— Sí— afirmaron Calie y Harry con gravedad.

— No— dijo Ron, como si aquella palabra pudiera invalidar la afirmación de ambos chicos—. No, no puede ser.

𝓔𝓼𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪 𝓭𝓮 𝓵𝓪 𝓛𝓾𝓷𝓪 (𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora