Capítulo 5. Los Nuevos Prefectos.

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En los días que siguieron, luego de la noticia de que Harry no sería expulsado de Hogwarts, Sirius se había mostrado más malhumorado y hostil que antes, cada vez hablaba menos, incluso con Harry y pasaba mucho tiempo en la habitación de su madre junto a Buckbeak.

— ¿No ha salido de la habitación?— preguntó Calie en voz baja, llegando a un lado de Harry, quien estaba de pie frente a la puerta de la recámara de Sirius.

— No, no lo entiendo, creí que era bueno que no me expulsaran— respondió Harry cabizbajo.

— Y lo es, pero... Supongo que quería que estuvieras con él, ya sabes, para protegerte— dijo Calie arrugando un poco su nariz, logrando verse adorable.

— Quisiera ser tan fuerte como tú— confesó Harry agachando la cabeza.

— Harry, tú eres más fuerte y valiente de lo que crees, deja de culparte— le dijo Calie, abrazándolo, reposando su cabeza en su hombro.

— Eres la única que puede entenderme ahora, gracias, creo que ya deberíamos ir a dormir.

— Buenas noches, Harry— se despido Calie, alejándose para entrar a su habitación.

— Descansa, Calie— respondió, dándose la vuelta para caminar por el pasillo.

A la mañana siguiente, durante el desayuno, Calie se encontraba hablando animadamente junto a Harry y los gemelos, cuando el timbre sonó y el retrato de la madre de Sirius empezó a gritar fuertemente.

— ¡Traidores de la sangre, sangre sucia!— gritaba la mujer en el cuadro—. ¡Lárguense de la legendaria casa de los Black!

— ¡Les he dicho miles de veces que no toquen el timbre!— gritó Sirius molesto desde el piso de arriba—. Ya cállate mamá, no es para tanto, ¡Kreacher, ven acá, ahora!

Calie y Harry soltaron una risa, ante el estrés de Sirius por tratar de que su madre dejara de insultarlos.

— Ese elfo Kreacher es como la reencarnación de esa mujer— dijo Fred—. Hace dos noches entró a la habitación a escondidas para revisar nuestras cosas.

— A mí no me molesta— dijo Calie encogiendo sus hombros, con una sonrisa—. Hasta puedo decir que es algo amable conmigo.

— Es porque seguramente siente tu supremacía, además de que le dijiste que eras de Slytherin— dijo Ron llegando al comedor junto a Hermione—. Todos los que vivieron aquí fueron de esa casa y ahora, tú eres la única aquí.

— O tal vez yo no soy tan molesta como ustedes y trato de no irrumpir en lo que por años fue su solitario hogar— replicó Calie.

Ron miró a Harry con el ceño fruncido y él solamente encogió los hombros, ignorando a sus amigos para seguir desayunando.

— Déjala, Ron— dijo Hermione, tomándolo del brazo para que se sentara.

A medida que se acercaba al final de las vacaciones, Caliope, cada vez fantaseaba más sobre su regreso a Hogwarts, estaban ansiosa por volver a ver a sus amigos, en especial a Draco.

La señora Weasley insistía en la limpieza del cuartel, así que, todos limpiaban cada lugar de la casa Black, claro, a excepción de Caliope, quien se había resistido ante las órdenes de los demás. Harry había terminado su tarea y se reunió con Calie en las escaleras, mientras hablaban de diversos temas.

— Entonces... ¿Eres novia de Malfoy?— preguntó Harry, ambos estaban sentados en las escaleras, mirando como los demás seguían limpiando el lugar.

— ¿Porque me preguntas eso?— contestó tratando de no reír.

— ¿Eso es un sí?— replicó Harry al notar el rubor en el rostro de Calie.

𝓔𝓼𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪 𝓭𝓮 𝓵𝓪 𝓛𝓾𝓷𝓪 (𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora