Caliope Avery, una brillante estudiante de Durmstrang, ve su mundo transformado al ingresar a Hogwarts. Su vida da un giro cuando tiene su primer encuentro con Harry Potter.
Entre secretos familiares ocultos, peligros y misterios revelados, Caliope...
Luego de recibir a los nuevos alumnos, Dumbledore se puso de pie y caminó hasta su podio. — Buenas noches a todos, a los nuevos— dijo en voz sonora, abriendo y extendiendo sus brazos con una sonrisa en su rostro—. ¡Bienvenidos! Y a los que no son nuevos; ¡Bienvenidos otra vez!
Calie desde su lugar soltó un aire, mientras rodaba los ojos y Draco riendo,pasó su pierna del otro lado de la banca, tomándola de la cintura y la jaló un poco para acercarla a él, quedando ella con su espalda en su pecho, Draco dejó sus brazos rodeando su cintura y su barbilla recargada sobre la cabeza de Calie.
Del otro lado de la mesa, Astoria, quien estaba sentada junto a su hermana, los miraba molesta ante la muestra de cariño por parte de Draco ante todos, esto para ella lo hacía más oficial y no lo soportaba.
— Tenemos dos cambios en el personal este año— anunció Dumbledore—. Por favor, reciban a la profesora Grubly-Planck quien estará a cargo de las criaturas mágicas, mientras el profesor Hagrid regresa de sus vacaciones.
Calie giró su cabeza hacia la mesa de Gryffindor, su mirada se encontró con la de Harry. "¿Dónde está Hagrid?" Preguntó en la mente de Harry, él solo negó con la cabeza y encogió los hombros, haciéndole saber que no sabía dónde estaba su amigo.
Draco se aclaró la garganta y apretó su cintura con su brazos, haciendo que Calie elevara su mirada hacia el, pero él disimuló fingiendo poner atención en lo que decía el director.
— También quiero que le den la bienvenida a la nueva maestra de defensa contra las artes oscuras; la profesora Dolores Umbridge— dijo señalando a una pequeña mujer vestida completamente de rosa
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—. Seguramente todos ustedes, como yo, le deseamos la mejor de las suertes a la profesora... Como siempre, nuestro celador, el señor Filch me pidió que les recordara...
— «Ejem, ejem»— fingió la mujer aclararse la garganta, interrumpiendo a Dumbledore.
Calie frunció el ceño al notar como la profesora se había levantado y caminaba hacia el frente del salón.
— Gracias, señor director... por sus amables palabras de bienvenida— dijo Umbridge con voz chillona y una sonrisa que se notaba bastante falsa—. Y que hermoso es ver sus brillantes y felices rostros sonriéndome, estoy segura de que todos seremos muy buenos amigos.
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