Capítulo 8. Thestrals.

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Al llegar al estación de Hogsmeade, los chicos tomaron sus pertenencias y bajaron del vagón para caminar hacia los carruajes, Calie hablaba con Theo, mientras Draco se había adelantado junto a Crabbe y Goyle.

— No puede ser— soltó Calie en un suspiro, rodando los ojos al notar como Draco iba directamente con Harry—. Vamos, Theo— dijo tomándolo del brazo para que caminara más rápido.

Draco caminaba animadamente con su maletín en su mano derecha— ¡Me sorprende que el ministerio te permita seguir libre, Potter, mejor disfrútalo mientras puedas!— dijo al llegar a un lado de Harry, Ron y Hermione—. Ya tienen una celda en Azkaban con tú nombre.

Calie y Theo llegaron justo en el momento en el que Harry se lanzó sobre Draco tomándolo del traje, pero fue separado de él por Ron y Theo detuvo a Draco.

— ¡No te metas conmigo!— exclamó Harry forcejando con Ron.

— ¿Qué les dije? ¡Está loco!— dijo Draco, aún detenido por Theo.

— ¡Basta!— gritó Calie.

Ambos chicos al mirarla, se reincorporaron relajándose, Calie le dio una mirada a Theo y este obedeció llevándose a Draco hacia los carruajes.

— Lo siento, Harry— dijo Calie suavemente acercándose a él.

— Es Draco Malfoy, ¿qué esperabas?— dijo Ron groseramente hacia ella.

— Ella no tiene la culpa, Ron, vamos Calie— contestó Harry, tomándola del brazo para caminar.

— ¿Qué pasa, Harry? Ultimamente te he notado distanciado de ellos— dijo Calie mientras avanzaban, girando levemente su cabeza para ver a Ron y Hermione detrás de ellos.

— Es solo que... no se comunicaron conmigo todo el verano, ellos ya sabían todo el plan de Dumbledore y la Orden y no me lo dijeron, todos parecen estar más preocupados por lo que pueda pasar con Voldemort, no le toman importancia a lo que yo piense o decida, es ridículo— comentó Harry, notablemente irritado.

Calie soltó un suspiro, ella se sentía igual.— Bueno, pues me tienes a mí, Harry, sé que no soy tu mejor amiga, pero, aún así siempre soy la que te salva el pellejo— dijo con una sonrisa burlona.

— No es gracioso, Calie— dijo Harry apretando los labios evitando reírse.

— Claro que lo es, el que llegue primero a los carruajes es el mejor en quidditch, uno, dos...— ni siquiera terminó de contar, cuando ya estaba corriendo.

— ¡Eso no es justo, Calie!— gritó Harry corriendo detrás de ella.

Calie llegó primero, Harry no tardó en llegar con ella lanzándole una mirada reprobatoria mientras ella reía.

El carruaje estaba lleno, así que tuvieron que esperar a que llegara otro, en eso, Ron y Hermione llegaron con ellos y al poco tiempo se les unió Neville.

— Hola chicos— saludó Neville tímidamente, sosteniendo una especie de cactus.

— Hola, Neville— respondieron los cuatro al unísono.

Detrás de ellos se escuchó el carruaje llegar, Harry y Calie giraron primero y se miraron entre ellos confundidos. Jalando el carruaje se encontraban unas especies de caballos negros esqueléticos, tenían alas, al principio resultaban terroríficos, pero luego se veían bastante pacíficos.

— ¿Qué es eso?— preguntó Harry.

— No lo sé, no los había visto nunca— respondió Calie, ladeando su cabeza.

— ¿Qué es que?— preguntó Ron.

— ¡Eso! Lo que tira del carruaje— señaló Harry a la criatura.

𝓔𝓼𝓮𝓷𝓬𝓲𝓪 𝓭𝓮 𝓵𝓪 𝓛𝓾𝓷𝓪 (𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚𝐥𝐟𝐨𝐲)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora